Itsuka Tenma no Kuro USagi Volumen 1 - Capítulo 2
- yumenosubs39
- 14 jul
- 29 Min. de lectura

Capítulo 02
900 segundos después de clases
Dentro del sueño se escuchó la voz de una chica.
Duerme, duerme, duerme, eso era lo que decía la voz de la chica dentro del sueño. Duerme, duerme, duerme, y entonces encuéntrame, encuéntrame, encuéntrame.
Por favor.
Por favor, no te olvides de mí… Eso era lo que decía la chica dentro del sueño, su voz parecía feliz, como si quisiera llorar, pero aun así fuerte, la voz de la chica resonaba dentro del corazón de Taito.
— Ah… por fin moriste… por fin has muerto… siempre he estado esperando este día, Taito… pero con esto… el veneno, la maldición que te puse comenzará a moverse, por fin el poder regresará a mí... por fin, por fin yo… podré verte… vamos...
La voz de la chica dentro del sueño daba vueltas por la cabeza de Taito, enterrándose en lo profundo de su corazón. Y entonces la chica dijo.
— Vamos, rápido, sálvame por favor… Kurogane Taito.
Ante esa voz.
—…
Ante esa voz Taito aflojó la velocidad con la que corría, uno, dos, tres pasos y su velocidad disminuía, al final dejó de moverse, el lugar era oscuro, dejo de moverse en medio de las calles, después de eso debido a que estaba corriendo su respiración estaba entrecortada y comenzó relajarse corrigiendo su respiración, exhaló. Y entonces.
—… ¿Qué demonios fue eso...? ese sueño… es vergonzoso… que sueño tan tonto… ¿no me digas que es realidad?
Así es, cuando susurró de pronto se escuchó algo, el sonido de los arboles al moverse.
— ¿Nn?
Taito volteó a ver y de pronto aparecieron dos sombras extrañas, un hombre alto de tez blanca, y un pequeño musculoso, ambos tenían puestos túnicas como de hechiceros cual si estibaran haciendo alguna clase de cosplay de anime. Y después de ver a esas dos personas vistiendo como extraños Taito volvió a recordar las palabras de Haruka.
“Parece que por aquí aparecen dos acosadores, ¿da tanto miedo por la noche que no dan ganas de caminar verdad?”
Ella había dicho eso, pero al ver a estos dos frente a sus ojos, no parecían ser solo unos acosadores, Taito lo entendió de inmediato, sus ojos afilados, al verlos termino hablando de manera cansada.
— Maldición… uno tras otro ¿Qué está pasando hoy? Primero Gekko, se supone que nunca habla hablado con él, perdí la cabeza estando a punto de morir, una chica que no recuerdo me dice que le gusto dentro de mi cabeza… y ahora unos acosadores que parecen extranjeros con una mirada de asesinos como esos que salen en las películas… ¿¡qué demonios está pasando!?
Taito decía eso pero su cuerpo completo estaba tenso, se preparó para huir, los dos extranjeros claramente parecían hostiles, no sabía porque habían llegado hasta este lugar… además, tal vez sean fuertes. Taito era un Karateka experimentado por lo que lo entendió de inmediato, su cuerpo, de algún modo entendía que eran combatientes, no había peleado afuera, pero más o menos lo entendía. Además, parecían duros. Esos ojos le decían “un placer, soy un asesino” al verlos así…
— Esto es malo.
Dijo Taito en un susurro, había escuchado que habían muchos de esos en el extranjero “Hey pretty boy, i love you” diciendo cosas como esas mientras atacan, no quedaría más que hacer un escándalo… pero el hombre de piel blanca.
— Oye, ¿tú eres Kurogane Taito?
— ¿He? ¿¡Japonés!?
— ¿¡What!?
— No, no es nada…
Mientras decía eso Taito comenzó a bajar su postura listo para huir. Estaba en una situación desconocida, no podía más que prepararse para huir. Unos extraños habían dicho su nombre, además de que su cuerpo estaba extraño, y la voz de una chica extraña resonaba en su cabeza. Las cosas ya eran demasiado malas.
Ante la situación en la que se encontraba solo pudo entender algo, lo mejor era huir, incluso la retirada necesitaba valor. Era lo primero que le dijo el mismo hombre que le había enseñado lo divertido del carate, su maestro Kentan, su primer maestro.
“Oye, Taito, cuando no puedas vencer no pelees, en definitiva no vayas a luchar no confundas la imprudencia con el valor.
Y varias semanas después de que le enseñara algo tan importante, sensei se casó con una chica de la misma clase de Taito, Sakuma Miki-chan “nosotros nos amamos” Gritando cosas extrañas, retándolo a un duelo en el que claramente perdería, y lo hizo espléndidamente. Desees de eso Taito seguía las enseñanzas y entrenamientos de sensei. No pelearía batallas que no podría ganar. En este lugar en el que no sabía la situación no pelearía, así que era hora de huir.
—…
Bajó aún más su postura, desde que se lastimó la pierna casi no se había movido, por lo que estaba inseguro si podría moverse como lo hacía antes, pero no había nada que hacerle si le dijeran “hey pretty boy” una vez más saldría corriendo con todas sus fuerzas, por eso es que concentró la fuerza en sus piernas.
— ¿Otakus? ¿Quién demonios son? ¿Qué quieren de mí? además ¿Qué me acaba de ocurrir?
Preguntó, y la expresión de ambos se torció un poco, no sabía si podía hablar con ellos, pero según su expresión la tensión de sus cuerpos se estaban relajando, intentaron acercarse, y al ver eso.
— Tontos.
Susurró Taito y se dio la vuelta, de ese modo volvió a correr con todas sus fuerzas.
— Ah, ¡espera!
— ¡Persíguelo! ¡Que no huya! ¡Atrápalo y mátalo!
Uno de los extranjeros gritó. Al escuchar eso Taito mientras corría abrió grande los ojos.
— Ma… ¿¡matarme!?
Se dio la vuelta, los dos hombres con sus túnicas corrían persiguiéndolo, esa palabra que los chicos de preparatoria no usarían ni para un abroma “mátalo” era demasiado escandaloso, hizo que Taito temblara.
— ¿¡Es una broma verdad!?
Pero no estaban bromeando, los dos extranjeros sacaron algo de sus bolsillos, estaba brillando parecía como una barra, pero de inmediato entendió que se trataban de cuchillos, el hombre blanco habló, pero en esta ocasión en inglés.
— ¡Kill hem!
Taito ya estaba a punto de llorar.
— ¿He? ¿Que? ¿Kill bill? ¿La película?
— ¡Kill him!
— ¡No es momento de decir estupideces! ¡Alguien! ¡Que alguien me salve! ¡¡Policiaaaaa!!
Estaba gritando, cuando sintió que algo terrible ocurría dentro de él, así lo sintió, mejor dicho, mientras estaba de pie sentía como antes continuaba ocurriendo, ¿Qué pasaría si aquí le pasara eso que sentía? ¿Qué le sucedería? Ya no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo.
—…
Por algún motivo inusual, le dio mucho sueño. Tanto como para casi no poder abrir los ojos a pesar de que estaba corriendo desesperadamente, sus ojos se estaban comenzando a cerrar por su propia cuenta, sin tomar en consideración su voluntad, a la fuerza.
— ¡Uwaaaa! ¡Esto es malo! ¡No puedo quedarme dormido aquí! ¡Sería malo si me quedara dormido en este lugar! Mejor dicho ¿¡por qué tengo sueño!? ¿¡En verdad es sueño!? ¡Mierda! ¿¡Que me está pasando desde hace rato!?
Gritó, pero sus parpados iban cerrándose poco a poco, se golpeó desesperadamente con las dos manos, pero no podía ir en contra del sueño, sus piernas comenzaron a temblar, y aun mientras seguía corriendo terminó durmiendo… cayendo al suelo, y al hacerlo escuchó a su espalda.
— ¡Lo alcanzamos! ¡Asesinalo!
Y Taito.
— ¡¡No quiero morir!!
Volvió a correr mientras contenía desesperadamente el sueño, pero por más que se esforzaba no logró continuar demasiado,
Hasta hace poco se había levantado esta mañana, y hasta el momento en que se despidió de Haruka había vivido una vida completamente normal, el personaje secundario de la vida de alguien, sin resaltar, sin saber en que debería esforzarse, se suponía que era una vida de persona común. Pero aun así ahora, su vida había dado una vuelta de 180 grados, junto a la voz de esa chica, la voz de la chica con la que había intercambiado una promesa hace mucho tiempo.
— Está bien, está bien Taito, así que solo duerme, si haces eso todo saldrá bien, vamos, como siempre, como hace mucho, déjame tu cuerpo a mí, ya puedes dormir.
Esa voz, la voz de la chica terminó por cortar la conciencia de Taito. A pesar de que tenía el terror de que los extranjeros atacantes que venían detrás de él lo asesinaran, aun así Taito terminó perdiendo la conciencia. Cayó sobre sus rodillas, su cuerpo había dejado de correr por su cuenta, haciendo que callera al suelo, y entonces el paisaje comenzó a cambiar.
Era el mismo sueño de siempre, aquel sueño que se repetía una y otra y otra vez. Se trataba de un recuerdo lejano, de un recuerdo muy muy lejano.
Creo que es un recuerdo de cuando tenía 6 o 7 años, cuando me encontré con una chica, recuerdo que en algún momento la conocí y comenzamos a jugar. Es cierto, en ese entonces solía mudarme mucho, me había cambiado de escuela tres veces cuando estaba en primero de primaria, en la tercer escuela por algún motivo me estaban molestando, no me estaba yendo bien. Pero al principio estaba bien, aunque me molestaran un poco no me desanimaba. Bueno, no tenía mucha importancia, de seguro cambiaria rápido de escuela de nuevo, pero aun así me acostumbré a esa escuela, quería hacer amigos al igual que lo hacía antes, pensé que sería divertido.
Pero las cosas no salían demasiado bien, continuaron molestándome por mucho, mucho más tiempo de lo que me imaginaba, no me dejaban hablar, dejaban mierda sobre mi pupitre, no podía ponerme los zapatos, esas pequeñas cosas comenzaron a acumularse poco a poco haciéndose difícil.
En las mañanas me despedía de mis padres con la mano haciendo una sonrisa, pero la verdad es que era duro, asfixiante, una pequeña desesperación de querer morir comenzaba a agrandarse. Pero era tan vergonzoso que no podía pedirle consejo a nadie y sin nada más que hacerle continuaba yendo a la escuela, en el pizarrón estaba escrito “muérete” los zapatos en la caja de la entrada desaparecían, a pesar de que ni siquiera les había hablado, alguien desconocido se burlaba de mí y hablaba mal a mis espaldas, gracias a eso un maestro me preguntó “Kurogane, ¿estás bien?” y como si no pasara nada les repetí una y otra vez que solo estaban bromeando. Al final terminaba yéndome rápido de la escuela con la excusa de que me dolía el estómago pero no había manera de que pudiera regresar a casa, por lo que estaba solo en el parque, solo matando el tiempo…
Ese era mí día a día.
—…
No había gente, una hora en la que los niños no jugaban, todos los días, una y otra vez, solo continuaba viendo a la nada matando el tiempo, solo me la pasaba sentado en los columpios del parque sin hacer nada, a un lado de los baños del parque había un reloj, solo esperaba el momento en que fuese bueno para poder regresar a la casa, continuaba allí hasta que fuera el momento en que se le permitía a un niño andar solo por la ciudad.
Durante ese tiempo estaba llorando, me sentía demasiado pequeño, una vida demasiado improductiva, solo me la pasaba llorando. Pero intentaba hacerlo lo menos posible, si algún adulto me encontraba mientras lloraba, si me hablaba, todo se descubriría, se darían cuenta que era patético siendo intimidado, que las cosas no me iban bien en la escuela, si mis padres se enteraran los maestros se enterarían y era demasiado vergonzoso, ahora que lo pienso, la verdad es que no era la gran cosa pero aun así yo pensaba que era realmente vergonzoso. Por eso contenía las lágrimas lo más que podía para que los adultos no se dieran cuenta, lloraba sin derramar lágrimas. Pero…
—…
Pero ese día fue diferente.
Ese día el que estaba llorando en el parque no era yo. Salí rápido de la escuela pero no fui a casa, me dirigí al parque deshabitado avanzando por callejones pero en el columpio que siempre usaba ya había alguien, había una chica sentada. Se trataba de una chica que parecía tener mi edad, al igual que yo, a la misma hora en el mismo parque.
Esa chica se encontraba sola, sentada en el columpio llorando. Por un segundo dudé si debería hablarle a esa chica, en estos dos meses aproximadamente, no había logrado hacer muchos amigos de mi edad, dudé si alguien odiado como yo podría hablarle, si estaría bien hablarle a una chica, Pero me llené de determinación y le dije
—… ¿Estás bien?
Y al hacerlo la chica comenzó a temblar, volteó a verme sorprendida.
—… ¿puedes verme?
— ¿He?
— Um, no es nada.
—… Ah, ¿en verdad estás bien? ¿Ocurrió algo triste?
Y al hacerlo ella se me quedó viendo.
— ¿Por qué lo piensas?
— Porque estabas llorando.
— ¿llorando? ¿Quien?
— Tu.
Al decirle eso ella parecía tener una expresión de sorpresa, se tocó las mejillas y su dedo se humedeció con una lagrima.
—… Es cierto.
— ¿No te habías dado cuenta?
— No.
— Que extraña.
Sí, eso fue lo que dije, y la chica comenzó a reír, después de eso infló sus mejillas.
— No soy extraña.
Se me quedaba viendo algo molesta y me apresuré a responderle.
— ¿Te enojaste?
Pero ella movió la cabeza a os lados.
— No, estoy feliz de que me hallas hablado, había estado sola todo el tiempo…
Tras decir eso me mostró una sonrisa solitaria, me enamoré de esa sonrisa, la sonrisa triste de la chica era hermosa. Entonces le dije…
— Así que también estas sola, entonces somos aliados.
Y al decirlo la chica volvió a poner una expresión de sorpresa.
— ¿Aliados?
— Si
Asentí, se me quedó viendo y por algún motivo parecía que volvería a comenzar a llorar.
—… Aliados… ¿aliados?... yo… la odiada no creo que pudiera llegar a tener aliados… ¿me harías tu aliada?
Eso fue lo que respondió, pero el significado de su pregunta, el significado de sus palabras no las entendía en ese momento, Por eso solo pude contestar.

— Por supuesto, todos los días estoy solo, es bastante aburrido.
— ¿En serio?
— En serio.
— E, entonces, ¿estarías a mi lado?
— Si.
Asentí.
— Seamos amigos.
Le respondí, y al hacerlo sonrió con alegría como para sorprenderse, después de eso estaríamos juntos por mucho tiempo, siempre jugábamos juntos, el tiempo que pasaba con ella me traía mucha felicidad, recuerdo que era realmente divertido, después de eso ocurrieron cosas que odie en la escuela, pero el tiempo que pasaba con ella siempre fui feliz.
Pero aun así, se volvió a decidir que me transferirían de escuela. A un lugar diferente, regresaría a una escuela en la que ya había estado, a pesar de que había pensado tanto que quería volver a cambiarme de escuela, a pesar de que quería regresar tanto a esa escuela, aun así lloré, no quería alejarme de ella, estaba llorando.
Pero aun así, antes de mudarse, ella apareció, tenía un rostro de felicidad, era tan hermosa como para no pensar que era un humano al igual que yo, su rostro era lindo mientras hablaba.
— ¡Taran! ¡Ya vine!
Antes de mudarme ella apareció en el parque, ahora puedo recordarlo.
—…
Era realmente inusual, pero al ser un niño no pensaba que fuera algo extraño. No, en apariencia ella ya no era “humano” Su cabello largo color lavanda estaba brillando con los siete colores, sin pensarlo me dieron ganas de tocarla, su piel blanca, su ojos traviesos, esa apariencia era demasiado hermosa, claramente no era una humana, pero en ese momento no me importó eso.
Simplemente estaba feliz de poder verla, estaba feliz de poder jugar con ella.
Los días con ellas eran divertidos.
Cuando estaba con ella siempre era divertido.
Hasta que ese día ella…
— ¿Lo hacemos de una vez?
Eso fue lo que dijo, ya anteriormente estaba de insistente “hagámoslo, hagámoslo” y ahora quería hacerlo hoy, así que le pregunté.
— ¿Beberás mi sangre?
Y ella respondió con una sonrisa.
— Claro que tu sangre no…
Atardecer, un parque solitario, en ese parque nos encontrábamos solos.
— Mi veneno entrará en ti, decidí que fueras tú, un veneno que no dejara que te alejes de mí.
Eso era un hechizo, lanzaría una preciada magia para que nunca nos alejáramos.
“Es una magia para que dos amantes sean unidos por toda la eternidad”
Y entonces ella separó sus rosados labios presionándolos contra mi cuello.
— Aquí vamos.
Dijo eso, y al mismo tiempo el veneno entró por mi cuello rápidamente, pude sentir como entraba, me estaba poniendo la maldición. Y todo terminó de inmediato. Se alejó, después de todo tenía una expresión de diversión, parecía feliz.
— Bien, terminamos, con esto no podrás alejarte de mí, en la vida y en la muerte, siempre estaremos juntos ¿Estás preparado?
Por supuesto que no me había preparado. Pero ella es alguien egoísta, no se preocuparía si me había preparado o no, solo sonreía con diversión, era una sonrisa traviesa, en un sentido verdadero como si ambos estuviéramos conectados. Y ella continuó mientras me observaba.
— Di que me amas, entonces el conjuro estará completo,… o... ¿es que me odias?
Claro que no la odiaba, no podría odiarla. Pero aun así ella tenía una expresión de inseguridad, una expresión solitaria, ella quien parecía fuerte egoísta y enérgica ese día en verdad parecía realmente insegura, no me gustaba verla así, por eso lo dije, aquellas palabras para completar el conjuro, yo…
— Yo… te amo, Himea.
Y en el momento en que lo dije lo recordé, sí, es cierto, su nombre es Himea.
“Saitohimea”
Así es como se hizo llamar, entonces le pregunté “¿eres extranjera?” y ella respondió con una sonrisa “no, ¿es difícil de decir? Entonces solo dime Himea, ¿así está bien cierto? Llámame Himea, Taito…”
¿Por qué había olvidado toda esa conversación? ¿Por qué la habré olvidado? Era un recuerdo muy valioso pero aun así… ¿por qué la habré olvidado? Eso estaba pensando, pero el sueño continuaba. El yo dentro del sueño dijo su nombre.
Himea.
Himea.
Himea.
— Te amo Himea.
En el instante en que dije eso, sentí como cambió todo el mundo e incluso mi propio cuerpo, entendí que todo había cambiado. Me habían maldecido, me habían puesto un conjuro, un veneno. Y ella sonreía con felicidad. Al hacerlo sus hermosos labios rosados se separaron, pudo vérsele un pequeño colmillo, me gustaba ver esa sonrisa, me gustaba ver esa sonrisa de victoria que ponía, por eso es que también sonreí y una vez más.
— Me gustas Himea.
Pero en el momento en que lo dije mi cuello salió volando, una luz extraña había cortado en diagonal haciendo que mi cabeza volara por los aires. Y la expresión de Himea se torció como si fuera a llorar.
— Ta… ¿¡Taito!?
Gritó, y tomó mi cabeza rápidamente, estaba sorprendido, no sabía que era lo que acababa de pasar, solo sabía que mi cabeza había sido tomada por Himea, me había abrazado y presionado contra su pecho, era cálida.
— ¿Qué pasó?
Pregunté, y al hacerlo Himea respondió con una voz débil.
— E, está bien, Taito, no tienes que preocuparte por nada.
Pero al escucharla era claro que nada estaba bien.
— Kgg mierda ¿Ya me encontraron? Creí que tenía un poco más de tiempo…
¿Por qué Himea estaba diciendo eso? Mientras decía aquello había regresado la cabeza a mi cuerpo y me sorprendí cuando este se unió con relativa facilidad.
— Que… ¿Qué está pasando?
Pregunté, pero Himea no me respondió, tenía una expresión difícil, sus ojos carmesí observaban sobre el pasamanos del parque. Volteé a ver en aquella dirección también, y al hacerlo allí se encontraba sentado un joven, movía las piernas de arriba abajo como si estuviera divirtiéndose, el joven comenzó a hablar.
—… ¿Y? ¿Tú eres esa rumorada Saitohimea?
Y Himea le respondió.
—… ¿Y tú quién eres?
— ¿Yo? Mi nombre es Hinata…
Pero lo interrumpió.
— No estoy preguntando eso, ¿por qué estás aquí? ¿Te envió la iglesia? ¿Podrías darme un respiro? ya no soy alidada de Bhalskra, no pienso liberar su sello, así que no tiene sentido que me aprisionen.
Eso dijo, pero sus palabras, su significado, todo era desconocido para mí, solo entendía que ella estaba siendo perseguida. Pero ante las palabras de Himea, aquel chico que se hizo llamar Hinata sonrió.
—… ¿Iglesia? ¿Qué es eso?
En ese instante la expresión de Himea se hizo más dura, su cuerpo comenzó a temblar, podía entender que estaba nerviosa.
—… Entonces tú eres…
Cuando dijo eso Hinata saltó del pasamanos, al mismo tiempo en que aterrizó la tierra comenzó a teñirse de negro como si se pudriera, de ese lugar pútrido comenzaron a salir enormes garras, apareciendo la mano de una bestia, seguido de ello apareció el dueño de esa mano, tenía la cabeza como la de un león, alas como las de un murciélago, era un monstruo… solo de verlo una vez podría parecer como un demonio de las que aparecen en las películas de terror. Eso se le quedó viendo a Himea, y rugió tan fuerte como para tener que taparse los oídos, Hinata le dio unos golpecitos a la pata de ese demonio.
—… Vamos, revivamos a aquel que traicionaste, a Bhalskra quien sellaste. Tengo mucho interés en tus poderes.
Himea sonrió un poco al escuchar las palabras de Hinata.
—… Ya veo, de ese lado, eres uno de esos adoradores locos de los demonios, que miedo…
Entonces Hinata se encogió de hombros.
—Arara, ¿no te sorprendes al ver a este demonio?
Himea comenzó a reír.
—Para nada, mejor dicho, ¿te emocionas solo porque puedes controlar un demonio de ese nivel? ¿Con algo como eso piensas hacerme frente a mí, un vampiro?...
Pero Hinata le respondió interrumpiéndola.
— Además de ti, los otros tres vampiros que quedaban ya murieron.
—… ¿he?
Pero Hinata no dejó de hablar.
— Bien, ¿cuánto podrás divertirme?
En el instante en que dijo eso Hinata desapareció, inmediatamente después tomó el cuello de Himea y de ese modo la lanzó contra el suelo. Himea dejó salir un alarido y me apresuré a ella.
— ¡Detente!
Estaba gritando de ira, intenté golpear a Hinata pero…
— Estorbas.
Hinata movió ligeramente la mano, y desde la punta de sus dedos salió una luz que atravesó mi pecho, y en ese instante…
—…
La parte superior de mi cuerpo salió volando fácilmente, después dejé de poder pensar, no pude escuchar nada, sentí que me volvía loco por el intenso dolor, pero solo fueron leves segundos, mi conciencia comenzó a regresar poco a poco, y al hacerlo escuche la voz de Himea.
— ¿¡Taito!?
Estaba a punto de llorar, no, la verdad es que ya estaba llorando, Himea estaba siendo apretada por el cuello y presionada en el suelo, mientras derramaba lágrimas. La vi y después volteé a ver a Hinata, me estaba viendo y parecía un poco sorprendido.
—… Que no mueras a pesar de perder la parte superior del cuerpo… ya veo, así que hiciste un pacto con él, guardia, amo… entonces tengo que eliminarlo primero…
Pero Hinata no terminó de hablar, y me abalancé para golpearlo.
— ¡Aléjate de Himea…!
Hinata respondió.
— Centinela, mátalo.
En ese instante se escuchó el rugido de la bestia a mis espaldas, me di la vuelta y las garras el doble de grande que mi cuerpo se aproximaban hacia mí.
—…
Ni siquiera pude gritar. Mi cuerpo fue atravesado por cuatro garras, una de ellas atravesó mi garganta, mi voz no pudo salir, de ese modo la bestia me golpeó y Salí volando alrededor de 10 metros y cayendo al suelo, mi cuello se rompió, mis piernas se rompieron, sentí un dolor tan grande como para querer llorar, y de ese modo aterrice, pero de inmediato me recuperé… me había curado de inmediato.
Seguramente debe de ser culpa del conjuro, del veneno que me había puesto Himea, y allí por fin entendí porque me había dado ese poder. Así que me puse de pie, y me le quedé viendo a Hinata, y a la increíblemente fuerte bestia. Hinata habló como si estuviera en problemas.
— Tampoco muere… um, esto es lo problemático de pelear contra vampiros, ¿qué clase de veneno fue el que le pusiste? No lo entiendo, ¿qué demonios es él? Saitohimea, parece un niño sin poder alguno, ¿pero qué clase de poder es el que le otorgaste?
Himea tenía presión sobre su garganta y respondió con una expresión difícil pero sonriendo.
— Como si fuera a decírtelo.
— Si, bueno, da igual pero…
Y de nuevo volví a correr contra él antes de que terminara de hablar, tenía que salvar a Himea, Tengo que salarla.
— ¡Quita tus manos de Himea…!
Pero una espada salió volando de alguna parte enterrándose en mi cuello.
— Kgg.
Dejé salir un alarido, pero aun así no me detuve, apareció otra espada que se enterró en mi estómago, pero aun así seguía sin detenerme. Y Hinata.
— ¿Aun así no mueres? ¿Entonces qué tal esto?
Cashqueó los dedos, y al hacerlo, aparecieron dos espadas, una se enterró en mi hombro derecho y la otra en mi hombro izquierdo dirigiéndose hacia abajo y enterrándose en el suelo, con esto fui incapaz de continuar moviéndome. Estaba completamente teñido de sangre, del cuello, los dos hombros, mi fuerza iba desapareciendo de mi cuerpo lentamente, pero aun así no me rendiría. Mientras intentaba desenterrar las espadas del suelo…
— Mierda…. Mierda… salte… tengo que salvar a Himea.
Y Himea habló entre sollozos.
— ¡Detente! ya está bien, ya no te muevas Taito.
— E, está bien, ahora voy Himea, ahora iré a tu lado….
Pero mientras decía eso Hinata se me quedaba viendo.
— Fum, así que tampoco con esto, estaba apuntando a su corazón pero… bueno, mandé a volar la parte superior de su cuerpo y seguía vivo, ¿el corazón no tiene nada que ver he? ¿Entonces qué tal la parte baja? Hay posibilidad de que la fuente de la vida se halla movido a la parte baja del cuerpo, entonces…
Y al hacerlo la luz comenzó a reunirse de nuevo en su mano, era la misma luz que había mandado a volar la parte superior de mi cuerpo, y dirigió esa luz hacia mí, intentaba sacar las espadas para esquivarlo, pero no se movían para nada.
— Mierda, mierda, mierda.
Estaba desesperado intentando sacar las espadas pero no se movían, mi fuerza aún era la de un niño, no podía hacer nada, ni sacar las espadas, ni protegerla.
Yo, no tenía ninguna clase de poder.
Mierda, mierda, mierda.
— ¡¡Mierda!!
Grité, era una voz a punto de llorar, grité y continué gritando, no podía hacer nada y Hinata comenzó a decir algo, pero en ese momento.
— ¡¡Ya detente!!
Himea gritó.
— Ha…. Haré lo que me pidas, pero… ya… detente, por favor…
Me quedé con los ojos abiertos al escucharla, su rostro estaba lleno de lágrimas, por mí, por mi culpa, porque no tenía suficiente poder, ella quien estaba llena de confianza, fuerte, ella le estaba implorando a Hinata.
— ¡Uwaaaaaa!
Grité desesperadamente, pero aun así no podía hacer nada.
— Sal, sal, sal, sal.
Estaba intentando sacar las espadas del suelo desesperadamente, pero ninguna salía, no tenía suficiente fuerza, “¿Por qué? Pensé, ¿por qué no tenía poder? ¿Por qué no tenía fuerza?
—…
Y al final siquiera pude moverme, por más que peleé, por más que me resistí, no pude moverme. Hinata parecía feliz mientras le respondía a Hinata.
— Ah, así que eso tenemos, ¿Un límite en las veces que puede morir? Ya lo he asesinado seis veces, así que la siguiente seria la séptima, allí fue donde reaccionaste, es como si la séptima vez en verdad fuere a morir… eso quiere decir que él no puede regenerarse una séptima vez… ¿Estoy en lo correcto?
—…
Pero Himea no contestó, solo se me quedó viendo con su rostro lleno de lágrimas.
— ¿He? ¿No habías dicho que harías lo que pidiera? Si no contestas entonces…
— E, espera.
Respondió Himea con una voz temblorosa.
—… Así, es, es como lo dices… mientras que no lo asesinen siete veces seguidas en 15 minutos no morirá… esa es la maldición que le puse a Taito…
— ¿Solo eso?
— Solo eso.
— Hee, que divertido pacto es el que hiciste, es cierto que es una magia de alto nivel, la maldición de inmortalidad pero… ¿para un humano solo es poco tiempo en el que no puede ser asesinado verdad? No tiene el poder para protegerte, no tiene el poder de detenerme, solo con el poder de no morir, ¿entonces se supone que puede hacer? No puedo entenderlo, no entiendo que planeabas con eso, en verdad se supone que los vampiros tienen un enorme poder ¿pero lo usan en cosas inútiles como esta? ¿O acaso eres estúpida?
Hinata estaba diciendo eso, y pensaba que era tal y como lo había dicho. Si Himea tenía la capacidad para otorgarme cualquier otra clase de poder entonces debería de haber hecho eso.
No, creo que ni siquiera tenía la necesidad de hacer el pacto conmigo, alguien más fuerte, alguien con más capacidades, algún adulto, en definitiva sería mucho mejor darle el poder a alguien más fuerte. Pero Himea, ¿por qué le otorgó un poder como ese a un niño?
No lo entendía, no la entendía. ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué elegiría a un inútil? ¿Por qué yo?
—…
¿Por qué me había elegido a mí? Hinata continuó, cruelmente, la observaba como si no viera a ninguna parte.
—… Ya veo, ¿te enamoraste? ¿Te enamoraste de este por eso le diste un poder tan inútil? Para ti no tiene ningún sentido, alguien quien solo te retrasaría pero le diste poder, para que la persona que te gustaba no muriera, que estará siempre a tu lado, le compartiste tu tonto poder, y como resultado tenemos esto, este es el fin de ese famoso monstruo Saitohimea… Jajaja, es realmente estúpido.
Eso dijo, y yo no pude decir nada, entendí porque fue que me había dado este poder, me dio la sensación de que se me quedaba viendo con sus ojos en lágrimas, feliz, ese amado rostro.
—…
No pude decir nada, y Himea habló.
— Ya… dame un respiro… todo es como lo dices, así que no me avergüences más frente a Taito…
Y tras decir eso Hinata asintió, después de todo fue cruel y como si le fuera algo aburrido.
— Está bien, si me sigues tranquilamente… lo dejaré con vida…
Pero.
— ¡Noo!
Grité, y al hacerlo Himea me vio con tristeza pero a la vez con una expresión amable.
— Esta bien, todo terminará de inmediato, así que Taito, cierra los ojos.
Grité en desesperación que no, que la salvaría, a pesar de que no tenía poder, no tenía ninguna habilidad, continuaba gritando que la salvaría. Y Hinata abrió la boca.
— Maldición, por eso odio a los humanos, a pesar de que no tienen poder, chillan y son ruidosos, en verdad estoy cansado de ellos, está vivo por el pacto pero… será molesto si viniera detrás de mí, borraré sus recuerdos ¿Está bien?
Pero la expresión de Himea cambió, su rostro entre lágrimas se torció en tristeza, pero eventualmente se llenó de determinación.
— Si.
Hinata soltó su cuello, y después de eso comenzó a acercarse a mí.
— ¡Detente!
Continué gritando, pero Hinata solo se encogió de hombros.
— No importa cuando grites, si no tienes poder el mundo no cambiará.
¿Qué estaba diciendo? solo continué gritando que se detuviera.
— ¡No quiero olvidarme de Himea!
Gritaba, y el rostro de Himea volvió a cambiar, cerró los ojos llenos de lágrimas estaba viéndola.
— Yo... ¡nunca te olvidaré!
Continué gritando.
— ¡En definitiva iré a salvarte! ¡Así que espérame! En definitiva yo… yo…
Y allí fue cuando Hinata puso una mano sobre mi cabeza.
— Olvídalo.
Y con eso lo olvidé todo.
Pero aquello que había olvidado.
—…
Terminé recordándolo de pronto.
Taito detuvo sus pies. En medio de la calle, en medio de la noche, dejó de huir de los dos extranjeros pervertidos. Después de eso llevó su mano a la cabeza ligeramente, en ese lugar en el que sentía un extraño dolor, y después…
— ¡Uwaaaaaaaaaa! ¡¡Mierdaaaaa!!
Gritó de manera extraña con todas sus fuerzas. Lo había recordado.
¿Qué demonios es esto? ¿¡Qué demonios he estado haciendo hasta ahora!? Le había dicho que no la olvidaría, pero aun así… ¡Al final terminé olvidándola! Viví una vida normal, solo vagando, solo holgazaneando, ¿Dejé de poder practicar Karate? ¿Me quedé sin sueños? ¿No encontraba que hacer al ser un personaje secundario?
Soy un idiota.
Hay muchas cosas que hacer, había mucho que tenía que hacer sin importar que, pero aun así pasaron varios años, han pasado años desde que ella fue alejada de mí, ahora no recuerdo siquiera a que jugábamos, no recuerdo que sentimientos tenia hacia ella, todo lo veía como un tonto y vergonzoso sueño, terminé malinterpretándolo, ni siquiera sentía como si en verdad fueran mis sentimientos.
Había pasado demasiado tiempo, tanto como para no creerlo, y durante ese tiempo Himea, año, tras año, tras año, tras año…
—… ¡Mierda! ¡Soy de lo peor! ¿¡Cuantos años ha estado esperando Himea…!?
Taito se dio la vuelta mientras susurraba, al hacerlo allí estaban los hombres corriendo con sus túnicas y cuchillos en mano. Taito al verlos comenzó a sentir un fuerte latir en su pecho seguido de eso se llevó las uñas a la cara, rasgándose la piel, y la sangre comenzó a fluir, pero sintió como las heridas comenzaron a curarse de inmediato. Después de corroborarlo, sacó el celular de su bolsillo, lo abrió y corroboró la hora, ya eran las 6 de la tarde, en cuanto regresara a casa de seguro mamá ya habría terminado de preparar la cena, sus dos hermanas le dirían “onii-chan, a la otra regresa pronto a casa”
Su propio poder… no moriría a menos que lo asesinaran 7 veces dentro de 15 minutos, el poder que le había otorgado Himea. Ya se había reseteado.
—… Así que a partir de ahora no hay problemas si muero seis veces…
Taito susurró… está bien si muere seis veces.
— Entonces…
Tras decir eso bajó su postura lentamente, tomó la postura básica del Karate.
— Entonces será sencillo.
Susurró y Taito dio un paso al frente. Al hacerlo los extranjeros pusieron una expresión de sorpresa, pero después comenzaron a reír.
— ¿Ha? ¿Karate? ¿Habilidades a nivel de un estudiante de preparatoria? ¿Piensas que con eso nos ganarás?
El tipo que parecía español comenzó a moverse, el cuchillo que tenía en la mano parecía afilado, sus movimientos en verdad fueron agiles, estaría ocupado solo intentando esquivarlo, Pero…
—…
Taito no lo esquivó, tampoco lo quitó del camino, el cuchillo fue directo a su pecho.
— ¿¡Are you crazy!?
El hombre español parecía sorprendido, y de ese modo el cuchillo se enterró en su pecho, pero a Taito no le importó continuó moviéndose en dirección al español, era como si no le importase su propia muerte, lo golpeó con toda sus fuerzas.
— ¡Pfhaaa!

Y el español dejó salir un gemido cayendo en ese mismo lugar, era evidente, Taito era realmente bueno, ese golpe incluso le hizo sentir a Taito que su puño quedaría destrozado, no temía a que le dieran un contrataque, solo lo dio todo, eso normalmente era imposible, se apoderó por completo de su miedo, y el dolor a la muerte, dirigiéndose con todas sus fuerzas hacia su enemigo, normalmente algo como eso sería imposible, pero ahora lo estaba haciendo Como resultado de usar todos los músculos de su cuerpo como si fuera un armadura, el hombre fornido español cayó al suelo de un solo golpe.
—… Asombroso.
Taito dejó salir su voz sin querer. Después de eso continuaba el otro hombre, el hombre blanco ya tenía una expresión torcida por el miedo mientras lo observaba, podía ver como Taito se movía con un cuchillo enterrado en el pecho.
—… ¡Maldito monstruo!
Taito se encogió de hombros mientras observaba al hombre blanco.
— Si te rindes para mí sería mucho mejor.
Pero el hombre se rio.
— ¿Rendirse? ¿Quien?
Tras decir eso arrojó el cuchillo que tenía, seguido de eso sacó otro de su bolsillo, pero en este tenía otra forma, la agarradera tenia forma de cruz. Taito se le quedó viendo. Una cruz…
—… ¡Ah! ¿Así que ustedes son esos de los que llaman “la iglesia”?
Y el color del rostro del hombre cambió, lo fulminaba directamente con la mirada.
—… ¿nos conoces?
Taito movió la cabeza hacia los lados.
— No, para nada, solo que esa palabra apareció en los recuerdos que tengo de hace mucho, ya veo, así que ustedes son “la iglesia” eso quiere decir que no son aliados de ese tal Hinata.
Ya lo había pensado, en el contenido de la conversación de sueño había salido la palabra Iglesia, parecía ser una organización persecutora, pero Hinata no tenía nada que ver con la iglesia al parecer, entonces no son de los tipos de donde tenía que tomar a Himea. Pero, aun así…
— ¿Tu sabes más acerca de las circunstancias que yo verdad?
Dijo Taito, y el hombre lo fulminó con la mirada.
— ¿Planeas sacarme información a la fuerza?
— Bueno, aunque para mi estaría agradecido si no tuviera que ser a la fuerza… ¿aunque parece difícil verdad? Para empezar ¿Por qué me atacaron de pronto?
Le lanzó esa pregunta para probar, pero el hombre respondió fácilmente.
— Existe la predicción de que el siervo de la vampiro Saitohimea estaba por despertar… entonces me encontré contigo…. Y si lo hacía tenía que matarte, si aún es débil entonces podríamos atraparlo pero…
— ¿Más fuerte de lo que pensaste?
Y el hombre mostró una sonrisa.
— Todo lo contrario.
Y tras decirlo comenzó a moverse dirigiendo la cruz hacia Taito mientras decía…
—… Seiiru, Kraies, Taratruline…
Al mismo tiempo en que comenzó a decir palabras extrañas el centro de la cruz comenzó a emanar una luz. Taito al verlo pensó que era malo, Esa luz era la misma que había lanzado Hinata. No tenía ni idea de que seria, un láser, un rayo o una patada lateral, pero de cualquier modo, al ver esa luz pensó que era malo.
— Waa, parece bastante peligroso pero, tengo que decidir si lo esquivo o no…
Su voz se escuchó hasta ese punto. Escuchó la voz de su maestro que había peleado para casarse con una niña de 8 años.
“Oye, Taito, si no puedes tener la ventaja no pelees, nunca peles una guerra que sabes no puedes ganar, no confundas la imprudencia con el valor”
Pero se dio cuenta que la luz frente a él era algo que desconocía. Si esa luz era solo para destruir entonces todavía estaría bien, aún tenía cinco muertes más por lo que no había problemas, pero ¿Qué tal si tuviera alguna otra clase de efecto? Por ejemplo, ¿un poder que lo amarrara y evitara que pudiera moverse?... si era el caso sería malo, bastante malo.
— ¡Encones a esquivarlo!
Después de dar un paso saltó rápidamente hacia un lado, al mismo tiempo la luz liberada por el hombre paso por el lugar que acababa de dejar, parece que Taito había acertado. La luz que liberó el hombre comenzó a tomar una forma como la de una red, y cuando toco al hombre español que se encontraba en el suelo comenzó a amarrarse en su cuerpo aprisionándolo. Entonces Taito...
— Es una pena, fallaste.
Pero el hombre sonrió.
— No, acerté.
Y de ese modo tomó al hombre español amarrado y comenzó a correr, fue en dirección contraria a donde estaba Taito, estaba huyendo en dirección a la calle.
— ¿¡Huyendo!?
Y al decirlo el hombre se dio la vuelta.
— A la otra te mataré.
— ¿¡Haa!? ¿Crees que puedes huir cargando a un hombre…?
Pero después de eso el hombre sacó otra cosa de su bolsillo parecía alguna clase de esfera que lanzó.
— Toma.
— ¿He?
Y Taito terminó atrapándolo, al verlo era una esfera negra de aquellas que no había visto más que en las películas de acción.
— No… no me digas que… ¿Una granada?
Y después de eso todo su cuerpo entró en llamas, sintió como salió volando, y junto a un fuerte dolor solo pudo dejar salir un alarido mientras estaba en el aire y caía dando vueltas. Cayó de cara en el suelo y su cuello hizo un gran estruendo mientras se rompía con el choque y se quedó en el suelo de ese modo.
—…
Se quedó en el suelo por un tiempo hasta que por fin se puso de pie, después de que su cuello roto y brazo se arreglaran dejó salir un suspiro.
—… Lanzar una Granda en un área publica… ¿¡¡Eres idiota!!?
Gritó, pero ya ninguno de los dos hombres con túnicas estaba en el lugar.
— Ah, mierda… huyeron.
Dijo eso, y después volteó a ver su ropa que había quedado hecho añicos por culpa de la granada.
—… ¿Qué excusa les pondré a mis padres de esto?
Dejó salir una voz cansada. Pero en el instante en que lo dijo su ropa de pronto comenzó a restaurarse.
— ¿He? ¿heee? ¿La ropa también se regenera? ¿Aunque no era parte de la habilidad?
Y los agujeros y rasgaduras de la ropa desparecieron por completo.
— Ah bueno, si es parte del poder entonces no me quejo.
Levantó la cabeza mientras susurraba, y volteó a ver el lugar oscuro en el que había peleado contra los extranjeros hace poco. Pensó en la batalla que acababa de tener. Para empezar, murió una vez apuñalado por un cuchillo, después de eso volvió a morir por una granada, y posiblemente volvió a morir al caer quebrándose el cuello. Es decir, no podía morir más que otras tres veces. Después de eso volvió a sacar el celular de su bolsillo, y al ver que se encontraba bien a pesar de la explosión dejó salir un suspiro. Verificó la hora del celular, y al hacerlo, no habían pasado más que cinco minutos desde que había iniciado el combate.
Taito lo recordó, se grabó como se sintieron esos cinco minutos durante una situación de pelea, y durante esos cinco minutos había muerto tres veces. Y su corazón comenzó a doler, aún quedaban 10 minutos y no podía morir más que otras tres veces, pensó que eso fue inusualmente peligroso, los enemigos en esta ocasión no fueron realmente fuertes, si hubieran sido más fuertes entonces hubiera sido fácil para ellos matarlo siete veces en menos de 15 minutos, eso quiere decir que estaría en la necesidad de moverse con más cuidado a la próxima… mejor dicho, de cualquier forma…
—.. Necesito comprarme un reloj de pulsera para poder medir con precisión el tiempo… después de todo un G-shock[1] ¿pero se rompería con la explosión de una granada? Creo que algo tan resistente sería imposible.
Volteó a ver a los alrededores mientras decía eso. Después de todo no había nadie, el lugar estaba oscuro.
— Nn ¿Qué hago a partir de ahora?
Susurró.
—… Me alegro haber podido recordar toda clase de cosas pero, después de todo lo primero es comenzar a reunir información acerca de Himea.
Pero en el instante en que dijo eso escuchó de nuevo la voz, esa voz, la voz de la chica, la nostálgica voz de Himea,
“Ara, parece que ya terminó todo, parece que esos eran todos los pensamientos que tenías que poner en orden… como hasta ahora. ¿Pero ya está bien verdad? Taito, ¿ya has despertado como se debe verdad? Entonces nos veremos de inmediato, lo prometimos después de todo, si nos llegáramos a separar, entonces… en ese lugar… volvamos a vernos una vez más… nuestra… promesa…”
Solo escuchó eso y la voz desapareció. Al mismo tiempo sintió como los pensamientos que quedaban de la chica desaparecieron de dentro de él. Sintió como algo desaparecía del fondo de su corazón, y comenzó a sentirse extrañamente solo. Era como si hubiera perdido algo valioso que había estado con él todo el tiempo, y su corazón se sentía solo. Pero no tenía tiempo para preocuparse por algo como eso. Las palabras que acababa de decir, las palabras interrumpidas de la chica.
“en ese lugar…volvamos a vernos una vez más… nuestra… promesa…”
Recordó esas palabras y Taito…
— En ese lugar… ¿Dónde?
Tras decir eso pensó “uwaa esto es malo” ya la había hecho esperar por nueve años, no era como si simplemente pudiera llegar como si nada diciendo “perdón, se me hizo tarde”
—Uwaa, ¿Qué hago? No, no logro recordarlo bien, me da la sensación de que será algo realmente incomodo… este… ¿cómo era? ¿Había hecho una promesa con ella?
Y empezó a buscar dentro de sus recuerdos, pero no podía recordar nada. Más que eso, debido a que la había olvidado por años, no lograba poner sus recuerdos en orden. Los recuerdos que tenia de haber pasado con ella eran ambiguos, incluso era ambiguo el hecho de haberla conocido hace mucho tiempo.
—….
Para empezar, era cierto que tenía que ir a verla sin importar que, pero habían pasado nueve años, nueve largos años, y ella había estado esperándolo todo este tiempo. Por eso es que Taito estaba intentando recordar desesperadamente, se llevó las manos a la cabeza y buscó no en los recuerdos de la voz de Himea, sino en sus propios recuerdos, intentó recordar su voz… y al hacerlo.
— Ah…
Desde el fondo de sus recuerdos logró sacar algo.
—… Si llegásemos a separarnos, entonces…
Encontró el recuerdo que estaba buscando.
— Ah, ¿Así que era eso?... espera… ¿qué haré si me equivoco?... ah pero, aunque me equivoque por ahora tengo que intentar ir…
Después de decir eso regresó sobre sus pasos, comenzó a correr por las calles nocturnas. El lugar al que se dirigía era aquel parque. El parque en el que solía jugar con ella.
Y entonces, la chica que había salvado de ser atropellada por el camión Ando Mirai se encontraba allí, era de baja estatura, usó mucho esfuerzo para subirse a una pared de piedra mientras lo observaba fijamente, viendo como Taito se retiraba.
— Woo.
Decía eso mientras terminaba de subir el muro de piedra.
— Como decirlo, después de seguir a un monstruo sin cabeza acabo de ver algo asombroso, ¿es sorprendente verdad? Bueno, por ahora tengo que decírselo a Gekko.
Y tras decir eso la chica bajó del muro… y se cayó.
— ¡Duele!
Comenzó a correr mientras decía eso, y entonces el lugar quedó completamente vacío.
Pero las cosas ya habían comenzado, La profecía de la iglesia, los destinos de los involucrados, todas las historias ya habían comenzado.
Los hilos de las historias avanzaban lentamente y en silencio hacia su objetivo.
Comments