Otonari no Tenshi Sama Volumen 1 - Capítulos 1 y 2
- yumenosubs39
- 1 ago 2024
- 19 Min. de lectura

Capítulo 1
El encuentro con Tenshi-sama
—… ¿Qué estas haciendo?
Fujimiya Amane, la primera vez que habló con ella… Shiina Mahiru fue en medio de la lluvia, cuando la vio sentada en un columpio. Este año se había convertido en estudiante de primer año de preparatoria, había comenzado a vivir solo, y en el departamento del lado derecho vivía un ángel, por supuesto que llamarla ángel es solo una forma de llamarla, pero la belleza y lindura de Shiina Mahiru era tal como para pensar que esa comparación no era ninguna broma, cabellos largos color lino bien cuidados, siempre en buen estado liso y brillante, piel blanca leche casi transparente, facciones definidas, largas pestaña y grandes ojos, labios de u n buen color rosado, era orgullosa de una belleza que parecía algo construido. Ella asistía a la misma preparatoria, al estar en el mismo año escolar Amane había escuchado mucho acerca de la valoración hacia ella, la mayoría haciendo mención a su gran belleza, en verdad ella siempre tomaba el primer lugar, parece que era un as en los deportes y en las clases, Amane estaba en una clase diferente por lo que no sabía mucho al respecto pero tal y como decían los rumores parecía ser una mujer perfecta, no se le podía encontrar nada parecido a una falla, figura hermosa, excelentes calificaciones, una personalidad madura, normal que fuese popular así.
Esa mujer hermosa vivía a un lado de Amane, de seguro sería una situación para envidiar como para que cualquiera intentara ponerle una mano encima, pero a pesar de eso Amane no tenía la intención de hacer nada con ella, por supuesto, desde el punto de vista de Amane Mahiru era una chica hermosa y atractiva, pero en posición era solo la vecina, mientras que no hubiera necesidad de hablarle no tenía la intención de relacionarse con ella, si lo hiciera terminaría obteniendo la ira de los chicos, para empezar si solo con vivir a su lado pudiera llevarse bien con ella los chicos enamorados no batallarían tanto, si tuviera que decir algo más no es como si el pensar que una chica sea atractiva fuera lo mismo que decir que con eso se enamoraría de ella, para Amane era consciente de ella hermosa pero solo eso, eso tenían por lo que no es como si deseara alguna clase de relación agridulce, solo por ser vecinos no tenía la intención de relacionarse con ella, así que en cuanto la vio sola bajo la lluvia sin un paraguas se le quedó viendo con extrañeza preguntándose ¿Y esta que está haciendo?” A pesar de que fue no acompañó a nadie después de clases se quedó sola sentada en un columpio en el parque de camino al departamento desde la escuela.
(¿Qué está haciendo bajo la lluvia?)
Bajo el cielo gris donde no pasaba la luz del sol el lugar era lúgubre, desde la mañana había estado lloviendo por lo que el campo de visión era malo, desde la distancia con su cabello color lino y su uniforme pudo identificarla fácilmente, pero lo que no sabía era por qué estaba allí mojándose sin usar un paraguas, no parecía que estuviera esperando a alguien, tampoco parecía mostrar resistencia al hecho de estar mojándose, su rostro observaba ligeramente hacia arriba, tenía poco color, incluso un poco pálida, en el peor de los casos podría terminar resfriándose ero a pesar de eso allí estaba ella tranquila, si no quería regresar a casa entonces podría hacer lo que quisiera, no tenía la intención de decirle nada, pero cuando estaba pasando por el parque… al ver el rostro de Mahiru al final parecía con una mueca como si estuviera a punto de llorar, no es como si intentara relacionarse con ella o tuviera motivaciones ocultas, es solo que de alguna manera le dolería dejar sola a una persona que tuviera esa clase de expresión.
—… ¿Qué estás haciendo?
Sin otras intenciones, le habló como si nada, ella al moverse sus cabellos se balancearon, al estar empapados con agua parecía algo pesado, como siempre tenía una expresión hermosa, a pesar de la lluvia no parecía haber perdido su brillo, al contrario, se veía mejor, una hermosa chica mojada, sus ojos se posaron sobre él, cuando menos ella debería de saber que son vecinos, después de todo se habían encontrado un par de veces por la mañana, es solo que hasta ahora no se habían hablado ni relacionado y esos ojos color caramelo se veían alerta por la repentina aparición.
—… Fujimiya-san ¿Necesitas algo?
Parece que había recordado su apellido, fue una sensación extraña pero al mismo tiempo se dio cuenta de que a pesar de eso su nivel de alerta no bajaba, bueno, normal que estuviera alerta cuando alguien que es relativamente extraño se le acercase de la nada, puede que ella simplemente no quisiera relacionarse con personas del otro sexo, parece que había estado recibiendo acercamientos de chicos en la preparatoria apenas ingresó, y no quería que pensara que él tuviera alguna segunda intención al habérsele acercado.

—No necesito nada realmente, ¿Pero es normal que te llame la atención si ves a una persona mojándose en medio de la lluvia verdad?
—¿En serio? Gracias por la consideración pero estoy aquí porque quiero estar aquí, no necesitas preocuparte por mí.
A pesar de estar alerta no es como si estuviera hablando con una voz afilada, era un tono de voz suave, ambigua que no mostraba como se sentía en su interior.
(Bueno, sabía que pasaría esto).
Era claro que no necesitaba nada de ella, solo estaba pasando y si ella lo rechazaba no tenía la intención de indagar en qué era lo que le ocurría, desde antes le habló solo porque si, si ella quería estar en ese lugar y ese momento entonces podría hacerlo sin problemas, al contrario, ahora se preguntaba por qué se había acercado él a hablarle, su belleza parecía frágil, Amane al verla solo le respondió con un “Ya veo” ¿Será que tuvo suerte? Realmente no le importaba sin pensara bien de él o no así que pensaba regresar a casa sin decir nada más, pero… allí estaba una chica sola mojándose bajo la lluvia, dejarla así le haría sentir mal.
—Podrías refrescarte, ve a casa pronto, no necesitas regresármelo.
Así que Amane decidió involucrarse solo un poco, de alguna manera se sentiría mal si se enterara que después se resfrió por dejarla así por lo que extendió hacia ella el paraguas que tenía sobre su cabeza, ella lo tomó, mejor dicho, casi la obligó a sostener el paraguas, y le dio la espalda antes de darle tiempo de mover los labios, al alejarse escuchó la voz de Mahiru a su espalda pero fue una voz tan débil que desapareció mezclándose con el sonido de la lluvia, Amane se retiró del parque de esa manera.
“Solo espero que no se resfrie” ¿Será que fue porque pensó en eso? Al final el sentimiento de culpabilidad por dejarla sola en ese estado se vio un poco diluido, ella lo rechazó así que Amane no pensaba en relacionarse más, después de todo no tenían nada que ver el uno con el otro, eso era lo que pensaba Amane mientras emprendía su regreso a casa.
Capítulo 2
Resfriado y los cuidados de un ángel-sama
—Amane, tu nariz es ruidosa.
—Tú eres ruidoso.
Al día siguiente quien se resfrió fue Amane, su mejor amigo, mejor dicho, su mal amigo Akazawa Itsuki se lo señaló y Amane fracasó al intentar evitar sorber la nariz, en cambio su respiración era rara y los mocos continuaban cayendo, se sentía mal, ¿Era por un resfriado que estaba moqueando o se sentía mal por moquear? Amane lo sabía al punto del dolor, había tomado una pastilla que compró pero no es como si el dolor se hubiera ido por completo, ahora se llevaba bastante bien con los pañuelos mientras que Itsuki se le quedaba viendo con una mirada entre atónito y preocupado.
—Se suponía que ayer estabas bien.
—Me mojé con la lluvia.
—Mi pésame, mejor dicho ¿Qué no usabas paraguas?
—…Se lo di a alguien.
No había manera de que dijera que se lo había dado a Mahiru así que lo dejó de manera ambigua, por cierto, había visto a Mahiru en la escuela y parecía estar bien, estaba en una situación que le daba risa al haberse resfriado por entregarle el paraguas, fue porque no se bañó con agua caliente justo después de llegar a casa así que era algo que se había provocado él solo.
—¿No eres demasiado amable por entregar el paraguas para mojarte bajo la lluvia?
—Claro que no, se lo regalé.
—¿A quien se lo diste incluso aceptando el riesgo de enfermarte?
—… ¿Una niña perdida que estaba sola por donde pasaba?
Bueno, tenía un cuerpo esplendido como para poder llamarla niña, mejor dicho, tenían la misma edad.
(… Ah, es cierto, ¿Tenía una cara como de estar perdida?)
Lo dijo él mismo y se convenció, en ese momento la expresión de Mahiru era idéntica como la de una niña perdida que buscaba a sus padres.
—En serio que eres amable.
Itsuki continuó riendo sin saber que Amane estaba pensando en la Mahiru de ayer mientras le dolía el corazón.
—Pero bueno, independientemente de que haya sido porque prestaste tu paraguas de seguro después de eso no te cuidaste ni bañaste bien, me da la sensación de que ese fue el problema.
—…Lo sé.
—Conozco tu poco saludable estilo de vida después de haber ido a tu casa.
Por eso te enfermaste tonto, se lo dijo como si nada y Amane no pudo responder, es como lo decía, básicamente Amane no se cuidaba mucho, siendo más específicos era malo con la organización, su departamento era un desastre, siempre comía las comidas que vendían ya preparadas en la tienda por lo que tenía un desbalance nutricional, casi siempre comía en la calle, Itsuki agregó Atónito “En serio que puedes vivir solo” desde su punto de vista al saber como vivía de seguro sería normal que se resfriara tan fácilmente.
—Hoy regresa pronto a tu casa y descansa, es sábado, cúrate de una vez.
—Eso haré…
—Si al menor tuvieras a una novia que te cuidara en estas situaciones…
—Cállate, no tienes derecho a hablar cuando tienes novia.
Itsuki lo dijo con un poco de orgullo y Amane le respondió molesto mientras llevaba sus manos a la caja de pañuelos.
Pasó el tiempo pero la enfermedad de Amane solo empeoró, le dolía la cabeza y tenía mocos, normalmente así terminaría con un resfriado normal pero aumentó con dolor en la garganta y una sensación de cuerpo pesado que se apoderaban de su cuerpo, intentó apresurarse a regresar a casa pero parecía que podían con él, el resfriado lo arrastraba haciendo que moviera sus pies más lentamente, para cuando por fin llegó a la puerta del edificio departamental y entró en el elevador se desplomó contra una de las paredes, “Haa…” dejó Salir un suspiro más violento que de costumbre, más caliente, tal parece que lo había resistido en la escuela pero ¿Será que bajó la guardia ahora que estaba más cerca de su casa? Su cuerpo de pronto comenzó a sentirse peor, la sensación de flotar en el elevador también, normalmente lo pasaría como si nada pero ahora lo mareó y le pareció pesado, pero a pesar de eso ya estaba llegando a su departamento.
El elevador se detuvo en el piso en donde vivía, Amane bajó pesadamente del elevador y comenzó a caminar… entonces se detuvo, allá a donde veía se encontraba alguien, una chica de cabello color Lino con quien casi no hablaba, por lo que podía ver parecía hermosa y vivida, el color de su piel parecía normal, sin importar como lo pensara parecía que estaba saludable, ¿Cuida su piel con normalidad? Se notaba la diferencia, en sus manos se encontraba el paraguas plegado que le había prestado el día anterior ¿Qué no se suponía que le había dicho que no necesitaba regresarlo?
—… No necesitabas regresármelo.
—Es normal regresar lo que te han prestado… ¿…?
Pero se interrumpió, eso fue porque vio a Amane a la cara.
—Este… ¿Tienes fiebre?
—… ¿No tiene nada que ver contigo verdad?
Apareció en el peor de los momentos, Amane frunció las cejas, debería de haber rechazado de inmediato el paraguas pero ahora no era un buen momento, ella es lista, de seguro rápido se dio cuenta que él se encentraba enfermo.
—Pero por culpa de que me prestaste el paraguas…
—Fue algo que hice por mi cuenta ¿No tiene nada que ver contigo verdad?
—Claro que tiene que ver, te resfriaste porque me encontraba en ese lugar.
—Está bien, no importa, no necesitas preocuparte.
Amane no quería ser un objeto con el cual pudiera llenar su autosatisfacción, pero ella no parecía que fuera a dejarlo solo, al verla insistente con sus hermosos ojos sobre él comenzó a perder la compostura.
—… Como sea, adiós.
Fue duro para Amane decir algo como eso, pero quería liberar a Mahiru de su preocupación aunque sea a la fuerza, tomó el paraguas, sacó la llave de su bolsillo… hasta allí todo estaba bien pero en el instante en que logró abrir la puerta la fuerza se le escapó de su cuerpo, por fin había entrado a su casa, ¿Será porque se sintió más tranquilo? Terminó dejando caer todo el peso de su cuerpo sobre el mueble a un lado, “Esto es malo” no había que preocuparse porque el mueble no resistiera, era robusto, tampoco que las cosas sobre este se cayeran, normalmente quedaría con un poco de dolor y eso no le preocupaba pero… sintió como un brazo lo sostenía forzándolo a mantener la postura de su cuerpo.
—…No puedo dejarte así.
Fue una voz delgada.
—Regresaré lo que debo.
Le dolía la cabeza, su conciencia era ambigua por la fiebre, intentó negarse a lo que le decía pero no pudo, antes de que pudiera entenderlo Mahiru ya había entrado a su casa sosteniéndolo y ayudándolo a entrar.
—Estoy entrando, espero me lo permitas.
Fue un tono de voz tranquilo pero no parecía que fuera a permitir un no por respuesta, Amane resfriado no tenía fuerzas para oponerse, solo fue llevado por ella, pro primera vez en su vida una chica estaba entrando en el lugar en donde vivía.
No es como si Amane tuviera una novia que cuidara de él mientras esté enfermo, pero parece que llegó un ángel a ayudarlo.
Fue hasta que se sintió un poco mejor después de entrar que se arrepintió de haberla dejado entrar, eso es por la situación del departamento, el departamento de Amane era un 1SLDK, una sala de estar amplia y un dormitorio, era un lugar espacioso un lujo para que una persona viva pero sus papás se dieron el lujo de escoger ese lugar debido a la seguridad del edificio, fue Amane quien decidió vivir solo y sus papás no opusieron resistencia pero no quería que fuera algo que les costara tanto a sus padres, así que terminó siendo un lugar ni muy grande ni muy pequeño, dejando eso de lado Amane a pesar de vivir solo era alguien malo para la organización y la limpieza, por supuesto, habían muchas cosas tiradas en la sala de estar hasta el dormitorio.
—No puedo ver esto.
El ángel, de nuevo, el mesías de Amane vio eso y terminó hablando de manera bastante honesta, la verdad es que era una vista bastante mala por lo que Amane no pudo decir nada, había guardado bien algunas cosas pensando en que podría entrar un tercero pero a estas alturas… Mahiru dejó salir un suspiro a través de sus labios rosas pero no le puso más atención y llevó a Amane a su dormitorio, a medio camino ambos estuvieron a punto de caer, por lo que Mahiru se abrió un pequeño camino, para Amane eso fue algo doloroso.
—Por ahora me iré a cambiar a mi departamento, tú también cámbiate ¿Está bien?
—… ¿Piensas regresar?
—Si te dejara no podría dormir o dormiría mal.
Estaba respondiendo aún más a comparación de la vez pasada que la vio mojada y eran respuestas frías así que Amane no se quedó de más, Mahiru salió de su departamento y tal y como se lo pidió se cambió de ropa.
—En serio que esto es un desastre, ni siquiera hay donde pisar… ¿Cómo es que puede vivir así…?
Cuando se estaba cambiando escuchó esa voz del otro lado de la puerta después de salir, en serio que se sintió mal.
Amane después de haberse cambiado se quedó dormido sin darse cuenta, de alguna manera logró separar sus pesados parpados y logró ver un cabello color lino dentro de su campo de visión, al levantar más la mirada se dio cuenta que no estaba soñando, Mahiru lo estaba observando en silencio.
—… ¿Qué hora es?
—Las 7 de la noche, has dormido varias horas.
Mahiru respondió de manera ambigua, se puso de pie y le sirvió algo de bebida deportiva en un vaso se lo entregó, Amane lo tomó agradecido y tras tomar por fin pudo darse cuenta de los alrededores, ¿Fue porque había estado durmiendo? Sintió su cuerpo un poco menos pesado, sintió su cabeza fría y al llevar la mano a su frente allí pudo notar algo como un pedazo de tela húmedo, se dio cuenta de que tenía algo pegado, algo que no había en esta casa y en ese instante Mahiru respondió “Lo traje de mi casa”, no es como si hubieran compresas en la casa de Amane, ni siquiera bebidas deportivas, de seguro eso era también algo que trajo ella.
—…Siento los inconvenientes.
—…No,
Fue una respuesta fría y corta, solo pudo sonreír con amargura, su sentimiento de culpa la había llevado a cuidarlo pero a pesar de eso de seguro no era como si quisiera hablar con Amane, para empezar estar a solas en la casa de un hombre a quien apenas conocía, no pensaba que fueran tan cercanos como para eso, siquiera para hablar.
—Por ahora dejé algunas medicinas sobre la mesa, me gustaría que las tomaras después de comer pero… ¿Tienes hambre?
—Nn, algo.
—¿En serio? Entonces ¿Qué tal si preparo algunas gachas con arroz?
—… ¿Eh? ¿Hecho a mano por Shiina?
—¿Hay alguien más? Si no lo quieres me lo comeré yo.
—No, comeré, déjame comer.
No pensó que le prepararía algo de comer así que dudó por un instante, desconocía las habilidades de Mahiru para cocinar pero había escuchado que era buena en economía del hogar y por el contario no había escuchado ningún rumor acerca de algún fallo de su parte por lo que no parecía que fuera a ser algo malo. Mahiru al escuchar su respuesta se le quedó viendo atónita, después de eso extendió la mano al termómetro que estaba sobre el mueble a un lado.
—Iré a traerlo, mite tu temperatura por favor.
—Nn.
Tal y como se lo dijeron tomó el termómetro, se abrió la camisa y Mahiru desvió la mirada.
—Hazlo cuando salga de la habitación.
Su voz era un poco más violenta, al voltear a verla tenía la cara un poco roja, no es como si le avergonzara mostrar su pecho frente a una chica, para Amane su reacción fue algo inesperado pero ¿Será porque había descansado? Sintió que ahora podía entender sus cambios con más facilidad, sus mejillas blancas estaban teñidas de rojo mientras desviaba la mirada, estaba temblando, le dio la sensación de que incluso sus orejas tenían algo de color, parecía estar avergonzada.
(… Ah… creo que ahora entiendo un poco por qué todos los chicos dicen que es demasiado linda).
Amane pensaba que Mahiru era una chica hermosa pero no es como si sintiera algo por ella, hermosa, linda, no hay dudas de eso pero solo eso, una belleza que parecía ser una creación, cuando menos eso, una imagen cercano a ser arte pero a pesar de eso al verla avergonzada y perdiendo la compostura sintió que por fin mostraba un lado humano lo que la hizo extrañamente linda.
—… ¿Entonces no deberías ir por la comida de una vz?
—Lo… lo haré aunque no me lo digas.
Es solo que no podría decirle linda, si lo hiciera ya podía imaginar como lo vería mal así que se tragó sus palabras, Mahiru salió del departamento a paso rápido mientras que Amane fingía no interesarle su reacción.

¿Se vio afectada? Cerró la puerta con un poco de violencia, tras verla Amane volvió a pensar dejando salir un suspiro.
(… Bueno, ha de tener cierto sentimiento de responsabilidad y culpa)
De seguro normalmente no haría algo como entrar en la casa de un hombre desconocido para cuidarlo mientras está enfermo, sería un gran problema si terminara siendo atacada después de todo, y a pesar de ese riesgo tomó la decisión de cuidarlo, ha de estar bastante mal para que pasara eso, además de que Amane claramente no tenía interés en ella, puede que eso le haya dado cierta sensación de tranquilidad, ella por su parte lo estaba cuidando como si no tuviera de otra.
—… Ya lo traje.
Estaba esperando mientras pensaba un poco con la cabeza caliente por la fiebre cuando llamaron a la puerta de manera contenida, tal parece que estaba preocupada de que estuviera con poca ropa, es a estas alturas pero recordó que estaba tomándose la temperatura.
—Aún no he terminado de tomarme la temperatura.
—Se suponía que tenías que hacerlo mientras que yo no estaba…
—Lo siento, me distraje.
Así que se disculpó honestamente y comenzó a medirse la temperatura, no pasó mucho tiempo antes de que sonara esa alarma electrónica, levantó la pequeña pantalla para poder ver y allí marcaba 38.3 grados, no era como para ir al hospital pero era un numero relativamente alto. Después de acomodarse la ropa le respondió a Mahiru “Ya está bien” y ella entró con una bandeja que tenía un plato sobre esta, al verlo pareció más relajada, de seguro fue porque tenía la ropa puesta.
—¿Cuántos grados?
—38.3, tomaré la medicina, dormiré y me curaré.
—…Los medicamentos de venta libre son solamente tratamientos sintomáticos y no tratan la enfermedad en sí, necesitas descansar y dejar que tu sistema inmunológico haga el trabajo.
Fueron breves palabras pero notaba que estaba preocupada por él lo que le dio algo de cosquillas, “Maldición” Mahiru dejó salir un suspiro mientras dejaba el plato en el mueble a un lado de la cama, entonces le quitó la tapa, adentro se encontraban las gachas con arroz, un alimento pensado en no caer muy pesado y con muchos líquidos, tenía algunas ciruelas, de seguro era para darle algo de sabor y porque ayudaba con la gripa, cuando menos eso había escuchado Amane, el plato emanaba vapor, no estaba tan caliente como para hervir, se había enfriado a conciencia después de prepararse, por su presentación podía decir que le había dedicado su tiempo, en el plato con comida blanca se veían ligeros puntos rojos.
—Adelante, antes de que se enfríe por favor.
—Nn, gracias.
Lo tomó y tras esto se le quedó viendo, Mahiru le preguntó.
—… ¿Qué pasa? ¿Estás diciendo que te dé de comer? No te daré esa clase de servicios.
—Nadie está diciendo eso… no, solo pensaba que eres buena cocinando.
—Vivo sola, eso es de lo más normal.
Dijo algo que sin querer hizo que a Amane le doliera.
—Fujimiya-san, antes de la cocina deberías de hacer algo con la limpieza del departamento por favor.
—No tengo palabras.
Parece que Mahiru se dio una idea de lo que estaba pensando, Amane disimulando se aclaró la garganta y tomó una cucharada, el sabor de la comida sobre su lengua, después de todo era un sabor gentil y cálido con una cantidad de sal contenida, tenía muchas ciruelas cecas que atraían el sabor dándole un buen toque, no es como si le gustaran mucho las cosas amargas como las ciruelas, pero en el platillo era un buen estimulo derritiéndose con el todo.
—Delicioso.
—Gracias aunque cualquiera puede hacer un platillo como este.
Le respondió con una buena valoración y ella sonrió ligeramente, ya había visto esa expresión en la escuela, una sonrisa para los demás, tranquilizadora, pero sin querer se le quedó viendo.
—… ¿Fujimiya-san?
—Ah, no, no es nada.
Esa sonrisa de un instante desapareció, fue una pena, pensó eso pero no lo dijo, Amane intentando disimular volvió a comer.
—…Como sea, por ahora ingiere suficientes líquidos, si después quieres limpiarte el sudor usa esto, traeré algo de agua así que humedécelo y límpiate.
Después de comer Mahiru le dejó una nueva bebida deportiva sellada junto a un contenedor con agua y una toalla, también aquellas compresas frías dejándolo todo en el mueble a un lado de la cama, no había manera de que fuera a quedarse a dormir en casa de un hombre extraño, para Amane también era de agradecer todo lo que había hecho incluso que ahora se retirara, desde el punto de vista de Amane no había nada de lo que le faltase preparar.
(Aunque lo está haciendo por un sentimiento extraño del deber).
Hablaba de manera ambigua incluso fría, pero lo que estaba haciendo era gentil, Amane dejó salir esa sonrisa amarga que ya acostumbraba a hacer.
(De seguro esto es todo lo que se relacionará, en serio que es cordial).
De seguro ella no se relacionaría más de lo necesario, cuando mucho cuidarlo como compensación de lo ocurrido, así es, no es como si tuviera que relacionarse con ella, no debería de preocuparse, ¿Será que la medicina estaba haciendo efecto? La sensación de pesadez era más ligera, podía pensar que la temperatura estaba bajando, se sintió más despierto que antes de dormir.
—Nee ¿Puedo preguntar?
—¿Qué cosa?
Mahiru que estaba preparando lo necesario volteó a verlo.
—¿Por qué te mojabas en ese columpio? ¿Planes con el novio?
Lo que le llamaba la atención eran los motivos del por qué habían terminado así, es decir, lo sucedido el día de ayer, Mahiru sentada en ese columpio, ¿Por qué estaba allí? Tenía una mirada que parecía a una niña perdida, le llamó la atención por eso fue que le entregó su paraguas, pero no entendía el motivo de esa expresión, si estuviera esperando a alguien ¿Sería un hombre? Podía imaginar algo como eso pero Mahiru parecía atónita.
—Desafortunadamente no tengo novio ni tengo pensado tener uno.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Al contrario ¿Por qué existe la premisa de que tengo que estar en una relación?
—Siendo tan popular normal que tengas uno o dos.
Para Amane que había interactuado un poco con ella era una chica bastante humana, con voluntad fuerte pero una chica normal, aunque para quienes la rodeaban posiblemente tenían una impresión diferente, una chica hermosa madura y pura, tanto como para llamarla un ángel, un pequeño cuerpo pero con buena figura, un ambiente frágil que daban ganas de proteger, la figura ideal para un hombre, sobre eso tenía buenas calificaciones, buena con los deportes, y además de eso buena en la cocina, normal que fuera popular, la había visto de reojo sabía que tenía buenas amistades y una gran cantidad, justo por eso que no pensaba que no tuviera una relación, en ese sentido en el instante en que dijo uno o dos la expresión de Mahiru se tensó en una mueca.
—No tengo, tampoco recuerdo ser una persona con tan poca moral como para tener más de una pareja, eso es imposible.
Fue una mirada bastante fría, Amane entendió de inmediato que había pisado una mina, puede que sea debido a la enfermedad pero sintió un escalofrió recorriendo su espalda.
—Lo siento, esa no fue mi intención, me disculpo.
—…No, está bien, yo me disculpo por tomármelo demasiado a pecho.
Pero después de bajar la cabeza regresó a su ambiente frio, más que haberse calentado por un momento es como si la temperatura hubiera descendido al punto de nevar.
—Como sea, en ese momento no era algo como eso, simplemente quería enfriar mi cabeza… siento que debido a que te preocuparas terminases enfermando.
—No, eso fue algo que hice por mi cuenta así que sería un problema si te sintieras culpable por eso, después de todo apenas nos relacionamos Shiina.
Así que después de todo le estaba cuidando por un sentimiento de culpabilidad, cuando Amane iba a la mitad de su frase ella se quedó parpadeando haciendo una expresión extraña, de seguro le llamó la atención eso de la relación que tienen.
—Es normal que no interactuemos, por más que digan en la escuela que soy un ángel hermoso no tengo la intención de actuar como tal, ¿O pensaste lo contrario?
Mahiru desvió la mirada incomoda, después de todo dejó salir una sonrisa amarga al verla, parece que está siendo demasiado consciente de eso, hacer que una chica hermosa le deba una, de seguro pensaría que fue algo como eso, Mahiru ha de haber experimentado cosas como esas por eso es que siempre estuvo alerta desde que lo vio, era autodefensa por lo que no tenía la intención de culparla.
—¿Ha de ser molesto verdad? Tener que cuidar a un hombre que ni siquiera te agrada.
—Eso es cierto.
—Lo sabía.
Ella misma lo admitió lo que le pareció algo divertido, ella a pesar de ser una estudiante ejemplar y ángel adorable después de todo tenía cosas que le gustaban y cosas que le desagradaban, tuvo una ligera sensación de cercanía, pero parece que para Mahiru había dicho algo que no debería, frunció las cejas, pero eso sobre todo era la prueba de que solo era una humana con sentimientos humanos.
—Creo que está bien, al contrario me hace sentir más tranquilo, “eso es molesto” los ángeles también son como las personas.
—… ¿Podrías dejar de llamarme de esa manera?
Tal parece que le daba vergüenza que le llamaran de esa manera, se le quedó viendo insatisfecha, fue tan divertido que Amane sonrió sin querer.
—Bueno, lo que quiero decir es que no me relacionaría contigo a menos que necesitara algo.
Al decirlo Mahiru se quedó con los ojos abiertos sorprendida, después mostró una sonrisa amarga.
Amane sintiéndose un poco mejor estaba recostado en la cama viendo el techo mientras recordaba a Mahiru, la medicina estaba surtiendo efecto, y después de sentirse un poco mejor sintió bastante sueño, cerró los parpados y recordó lo ocurrido el día de hoy, la hermosa ángel (sarcasmo) cuidó de él, de seguro nadie le creería si lo contara, tampoco es como si tuviera la intención de decirlo, secreto, se sintió un poco extraño verlo de esa manera pero lo mejor sería no relacionarse con cosas problemáticas, esa fue a la conclusión a la que llegó, a partir de mañana no serían más que simples extraños, se dijo eso mientras sentía como su conciencia se perdía poco a poco.
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