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Otonari no Tenshi Sama Volumen 1 - Capítulos 3, 4 y 5

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Capítulo 3

Hablemos del ángel

 

Tal y como había anunciado la relación entre Mahiru y Amane era la de completos extraños, al día siguiente de haber sido cuidado por Mahiru se sentía bien, vio a Mahiru después de regresar de comprar comida en la tienda pero no es como si hubiesen hablado, es solo que parecía un poco más tranquila al verlo bien. Cuando comenzó la semana de escuela las cosas no cambiaron, seguían siendo simples extraños, es solo que si tuviera que decir un pequeño cambio es que cuando se veían en la escuela hacían una ligera reverencia, un saludo, solo eso.

—Oh ¿Ya te sientes mejor?

—Si, gracias.

Itsuki parecía algo preocupado ya que la ultima vez que lo vio regresaba a casa medio muerto, apenas lo vio investigo como se encontraba de salud, el fin de semana le envió un mensaje “¿Sigues vivo?” dudando le respondió que no había problemas, difícilmente creería algo como eso pero al verlo se veía claramente más tranquilo.

—No, incluso yo me preocuparía al verte tan enfermo, bueno, está bien si ya te recuperaste, deberías de tener una mejor vida, ponte a limpiar tu casa.

—Ya me dijeron eso.

—¿Nn?

—Ah, no, no es nada… ya aprendí, comenzaré a limpiar desde el sábado.

“No, limpia hoy mismo” le respondió pero ignoro ese comentario, de seguro eso no quedaría limpio en un solo día, volteó a otra parte e Itsuki no le dio seguimiento pero tenía una cara de estar atónito.

—Bueno, es tu casa por lo que puedes hacer lo que quieras pero cuando menos deja un espacio por donde poder caminar.

—…… Lo consideraré.

Se cambió de zapatos con una expresión de frustración y se dirigió al salón de clases, pero después de todo se dio cuenta de que había un escandalo, al ver desde la ventana como siempre allí estaba la hermosa de Mahiru siendo rodeada por chicas, si se le hablara ella respondía con una sonrisa gentil, pero era una personalidad completamente diferente a cuando estaba en su casa, al verla hizo una sonrisa amarga naturalmente, de esa manera Itsuki llevado por su mirada volteó a ver a Mahiru.

—Ah ¿Shiina-san? Como siempre desbordando popularidad, bueno, es hermosa.

—¿Cómo que tenshi-sama?... ¿También piensas que es linda Itsuki?

—Bueno claro, pero tengo a Chii por lo que es como ver a una modelo.

—¡Deja de presumir!

Chii, específicamente Shirakawa Chitose, la novia de Itsuki, una pareja que se llevaba bien, bastante, tanto como para que el pecho de Amane se quemara al verlos de vez en cuando, Itsuki no parecía afectado porque le picaran un costado.

—Amane ¿Tú también piensas que Shiina-san es linda verdad?

—Es hermosa pero solo eso.

—Que puro.

—¿Es como si fuera una flor lejos de nuestro alcance verdad? No es como si fuera a relacionarme con ella, con verla es más que suficiente.

—Tienes razón.

Ocurrió ese fenómeno extraño de tenerla a ella cuidándolo mientras estaba enfermo pero desde antes vivían en mundos separados, Amane no pensaba que pudiese haber un futuro en el que se llevasen bien, una persona floja y desordenada no estaría al nivel de una chica hermosa y ejemplar, Amane estaba consciente de que era malo seguir así, y tampoco pensaba que pudiera hacer algo con una chica linda, así es, no pensaba que pudieran siquiera relacionarse.

 

—… ¿Qué estás comiendo?

Escuchó esa pregunta cuando se encontraba en balcón de su departamento bebiendo una bebida de cereza, le dio flojera ir a la tienda así que tomó lo que tenía en casa mientras respiraba algo de aire fresco, cuando Mahiru se asomó por el balcón de su departamento, había asomado un poco la cabeza para poder verlo, bueno y al ver la bebida en caja que tenía en manos frunció las cejas, para Amane eso fue completamente imprevisto, no pensó que volvería a hablarle, se quedó petrificado un tiempo atónito.

—¿Lo sabes solo con verme verdad? Con esto se repone la energía en unos 10 segundos.

—… ¿No me irás a decir que esa es tu cena verdad?

—Está decidido que esta es mi cena.

—¿Solo eso para un hombre en crecimiento estudiante de preparatoria?

—No te metas.

Se la pasaba comiendo almuerzos preparados que venden en la tienda y si acaso algo de pan del supermercado pero no es como si siempre comiera ligero como lo estaba haciendo ahora, simplemente tenía flojera y no tenía ganas de sopas instantáneas así que se quedó solo con la bebida, de seguro no sería suficiente por lo que pensaba comer alguna papas de la alacena después, podría servir para aguantar.

—Cocinar… parece que no hace falta preguntar siquiera, no parece que puedas cocinar, en serio que vives solo cuando no sabes hacer el aseo ni cocinar…

—Cállate, no tiene nada que ver contigo.

Era una verdad que lo apuñalaba por lo que frunció las cejas y terminó de beber lo que le quedaba, ya hace poco le habían hecho entender que tenía que hacer algo con el orden y limpieza en su vida por lo que ya pensaba hacer algo, pero entre más se lo decían menos ganas le daban de hacerlo. ¿Por qué tenía que escucharlo de ella? al contrario, era algo que le parecía extraño pero Mahiru se le quedaba viendo fijamente, al final dejó salir un suspiro.

—…Espera un momento por favor.

Apenas dijo eso y regresó adentro despareciendo del balcón, se escuchó como la puerta corrediza se cerraba y Amane susurró “¿Qué fue eso?” Esperar, ¿Qué se supone que debería de esperar? Volteó a ver al balcón del departamento de Mahiru pero no hubo respuesta.

(Está comenzando a hacer frio, quiero entrar…)

Le dijeron que esperara así que cuando menos esperó, pero las noches de otoño eran más frías de lo que esperaba, podía sentir como el calor se le iba del cuerpo, para empezar ¿Qué obligación tenía de esperarla? Ni siquiera él lo sabía, dejó salir un suspiro que comenzaba a volverse blanco cuando escuchó el timbre llamando a la puerta de entrada, era el anuncio de que había alguien visitándolo, por supuesto que solo podía pensar en una persona, no sabía cual eran sus verdaderas intenciones pero a pesar de eso comenzó a caminar en dirección a la puerta, sabía quien era sin ver por la mirilla, se puso las sandalias, quitó la cadena y abrió la puerta… tal y como lo pensaba allí se encontraban esos cabellos color lino balanceándose.

—… ¿Qué estás haciendo?

—Fue desagradable ver que llevas una vida tan insalubre… son sobras, aquí tienes.

Fum, junto a un sonido como ese Mahiru extendió las manos hacia adelante, sus manos eran más pequeñas que las de Amane y esbeltas sobre las cuales tenía un pequeño contenedor, era medio transparente por lo que podía verse la comida dentro, ¿Será que estaba cálido? La tapa estaba un poco empañada por lo que no sabía que había adentro pero de seguro comida hervida, “Vamos” resopló, la mirada de Amane tenía grabado “¿Por qué?” y al entenderlo Mahiru dejó salir un suspiro.

—Es que no comes como se debe, aunque tomes complementos alimenticios no sirve de nada si no tienes la comida principal.

—¿Eres mamá?

—Creo que es de conocimiento común, y ¿Qué tal si ordenas un poco más tu departamento? No hay donde pisar.

Volteó a ver hacia detrás de Amane “¿Lo vez?” medio atónita entrecerrando los ojos, Amane no pudo decir nada.

—…Hay algo de espacio.

—Claro que no, tu ropa está en el suelo.

—Se cayó.

—La ropa limpia debe doblarse, la sucia en la lavadora, las revistas se guardan o se empacan para tirar, sería un gran problema si resbalaras por pisarlo.

Su forma de hablar no era como si le reprochara algo pero por algún motivo parecía preocupada por él, lo entendía por lo que no podía responderle de mala manera, para empezar ella había entrado en el departamento debido a su descuido al haber enfermado así que no había nada que hacer porque le dijera estas cosas, cuando menos frunció las cejas haciendo una mueca extraña pero al final tomó lo que Mahiru le estaba ofreciendo, pudo sentir la calidez del contenedor, era de agradecer en estos momentos que comenzaba a tener fio.

—¿En serio está bien que me coma esto?

—Si no lo quieres lo guardaré.

—Ah, no, lo tomo agradecido, solo pensaba que normalmente no podría probar la comida de un ángel.

—… En serio, deja eso.

Terminó llamándola de esa manera ya que en la escuela así lo hacían con normalidad, pero las mejillas de Mahiru se enrojecieron claramente, parece que en lo personal le daba vergüenza que la llamaran de esa manera, si Amane estuviera en su situación no hay dudas de que no le gustaría, era algo de lo más normal, Mahiru se le quedó viendo con las mejillas enrojecidas y gotas de lágrimas asomándose en las orillas de sus ojos y Amane al verla dejó salir una risa.

—Lo siento, ya no te diré así.

Si continuaba con eso era más que claro que terminaría haciéndola enojar, además de que no eran lo suficientemente cercanos como para jugar de esa manera, Mahiru no dijo nada más, se aclaró la garganta cambiando de tema, se había quedado con la cara roja por unos instantes por lo que no parecía que cambiase algo.

—Bueno, muchas gracias por esto pero no necesitaba preocuparte.

—No es la gran cosa, es como parte de los cuidados, es… por autosatisfacción, al ver la mala vida que llevas no pude evitar que me llamara la atención.

—Ya veo.

Se mostró de manera patética por lo que esa decisión podría ser normal hasta cierto punto, incluso ahora habían toda clase de cosas tiradas en el pasillo detrás de amane, vio todo cuando pasó a cuidarlo por lo que a estas alturas no tenía sentido intentar ocultarlo.

—…Come como se debe y ten una vida más organizada.

—¿Eres mamá?

Mahiru se le quedó viendo tan seriamente que Amane en su dolor volvió a preguntarle eso.

 

Amane regresó adentro con la comida que le habían entregado, tomó algunos palillos de los que le habían dado en la tienda y se sentó en el sofá de la sala de estar, Mahiru lo había presionado contra el pero ¿Cómo será el sabor? Las gachas con arroz eran deliciosas pero podría ser que debido a la enfermedad su sentido del gusto fuera extraño, cuando menos lo sintió como un sabor muy gentil, de seguro Mahiru sería buena cocinando sin importar de que se tratase pero ¿Cómo será en realidad? Dudó por un segundo y después abrió el contenedor, de allí emanó el aroma de la comida hervida, se trataban de varias verduras y pollo hervido, también arroz con un color ligero, adornado con algo como pescado y zanahorias, se veía bien, Amane quien no había comido nada más que aquella bebida rápido sintió como le afectaba en el estómago, rápidamente tomó los palillos y tomó algo de Daikon.

—Delicioso.

El sabor salió de inmediato, parecía típico de Mahiru que fuera orientado a lo saludable, el sabor era ligero pero no tan condimentado como en la tienda, el sabor era completamente diferente, un sabor suave se distribuyó dentro de su boca, la textura era de la comida hervida, no es como si le gustaran especialmente las verduras pero para Amane era delicioso, es como si le dijeran “come más verduras” como principal en el centro mientras que el pollo estaba a un lado pero no tenía nada con lo que quejarse, era un lujo el poder probar una comida preparada por una chica de preparatoria y podía ver el esfuerzo puesto en esto, a estas alturas pero pensó que hubiera sido bueno haber comprado algo de pan.

—Esa ángel es asombrosa.

Buena con los estudios, las cosas del hogar y los deportes, podía hacerlo de todo, de seguro eso si ella lo escuchara lo pensaría como que le decían algo malo, Amane continuó comiendo sin detener sus manos.

 

—Te lo regreso, estuvo delicioso.

Al día siguiente por la noche, Amane fue a ver a Mahiru a su casa para regresarle las vasijas, ciertamente Amane era malo con las labores de la casa pero no era a tal punto como para no poder lavar un contenedor como ese, lo había lavado y secado, de seguro eran los mínimos modales necesarios, en el momento en que tocó el timbre Mahiru ya había pensado que podría ser él, abrió la puerta sin siquiera preguntar de quien se trataba, estaba usando un vestido de una pieza, en cuanto lo vio entrecerró los ojos, al corroborar el contenedor “Parece que lo has lavado como se debe” como si estuviera halagando a un pequeño niño, Amane frunció las cejas sin querer.

—Muchas gracias por tomarte las molestias, aquí tienes.

Mahiru recuperó su vasija, hasta allí todo estaba bien pero ahora sacó otro contenedor, después de todo parecía estar caliente, el interior de seguro era algo hervido con carne de cerdo o algo por el estilo, la tapa transparente no dejaba ver el interior por el vapor acumulado pero podía ver el color de los alimentos en el interior, de seguro había algo de sopa de miso con verduras, ya con eso se veía delicioso, lo pensaba pero no entendía por qué se lo estaba dando.

—No bueno, solo estaba regresándote esto…

—Es la cena de hoy.

—Si, lo sé.

—Desde ahora te lo pregunto pero ¿No tienes alergias? No aceptaré que me digas que ciertos alimentos no te gustan.

—Nada, bueno, lo tomaré de nuevo.

Comida dos días seguidos, ¿Qué estaba pasando? Para él eso era para agradecer, las habilidades de una chica de preparatoria eran muy superiores a las de él y no habían dudas de que sería delicioso, es solo que se veía como algo muy apreciado, por supuesto en el sentido de la vida tranquila de preparatoria de Amane, vivía solo, y tenía los utensilios de cocina, de seguro para personas como ellos no tendrían que preocuparse por esos detalles, pero a pesar de eso dudaba un poco en relacionarse con ella.

—Hago mucho para una persona, sería de agradecer si pudieras aceptarlo.

—…Si es eso entonces lo tomaré agradecido, pero ten en cuenta que si haces cosas como estas las personas podrían malinterpretarte pensando que tienes alguna clase de afecto hacia la persona.

—¿Sientes afecto por mí?

—Ah, no, para nada.

¿Eres tonto? Se le quedó viendo como si quisiera decirle eso, no había manera de que naciera un malentendido como ese, para empezar Amane no podía siquiera imaginar que fuera a recibir el afecto de una mujer tan hermosa y talentosa como ella, es cierto que tenía una vecina linda, podría ser como el evento de una comedia romántica pero no había nada de romance en esto, no había nada de comedia en sus conversaciones, y de paso no tenía la intención de dejar que entrase de nuevo en su casa ni entrar en la de ella, si acaso aceptaba las palabras cálidas de Tenshi-sama.

—Entonces no hay ningún problema, después de todo normalmente comprarías algo de la tienda para comer.

—¿Cómo lo sabes?

—La vez pasada no vi ninguna señal que mostrara que sueles usar la cocina, además de que habían muchas bolsas del supermercado, solo es de pensar un poco y es fácil de entender, también tienes una mala cara, es un ambiente insalubre.

Mahiru había visto tanto a través de él solo con ir a visitarlo una vez, Amane se sintió extraño pero no podía decirle nada.

—… Entonces si me disculpas.

Le entregó lo que le tenía que entregar y de esa manera regresó adentro, escuchó como ponían el candado a la puerta y Amane bajó la mirada a la comida, en sus manos podía sentir la calidez, dejó salir un suspiro y regresó a su casa, de repente le dieron ganas de comer, la berenjena y el cerdo salteados con miso de sésamo estaba delicioso.

 

Al final de cuentas todos los días en cuanto regresaba la vasija recibía algo nuevo para comer, debido a eso las costumbres alimenticias de Amane fueron mejorando, la comida de Mahiru no estaba muy condimentada, pero era deliciosa y para evitar tantas vueltas de regresar los contenedores terminaron comiendo juntos, en sí la comida todos los días cambiaba de ser oriental a occidental, toda la comida era deliciosa que al final le dolía un poco, sabía que era malo esperar algo de ella todos los días y se sentía mal por ello, pero comenzó a desearlo como si estuviera siendo domesticado, puede que la dependencia hacia la comida de tenshi-sama fuera alta, pensó que estaba mal pero su estomago lo deseaba más.

—… Últimamente te vez mejor.

¿Sería debido al cambio en la nutrición de los alimentos? Amane parecía verse mejor, incluso Itsuki se lo comentó, Amane había pedido comida del comedor de la escuela, y como siempre Itsuki era bueno para darse cuenta de las cosas al punto en que daba miedo.

—Itsuki, das miedo.

—¿Qué pasa? Mejor dicho ¿Por qué?

—No… bueno, ¿Ves demasiado a través de las cosas?

Le había explicado ligeramente que se había topado con Mahiru cerca de la casa, pero no es como si le hubiera dicho algo de la comida, tenía algunas cosas que decir de ella pero más que nada la sentía como su salvadora, si terminaba diciendo algo de manera descuidada… Itsuki sonrió con alegría.

—Bueno, es cierto, tienes ese lado insalubre ya es como una costumbre de vida.

—Cállate.

—Pero bueno, ¿Has cambiado un poco?

—… ¿A la fuerza?

—Jaja, ¿Vino tu mamá a regañarte?

—… No te equivocas, pero tampoco has acertado.

La forma de hablar de Mahiru era cercana a se la de una madre, aunque es demasiado joven como para ser una mamá por algún motivo no le agradaba la idea de rechazarla.

—Oye Itsuki, ¿En serio soy tan insalubre?

—Si, en muchos sentidos, también te la pasas agachado, con una cara como si no tuvieras ganas de nada, se siente como alguien sombrío e insalubre.

—Así tengo la cara.

—Lo sé, pero podrías tener un poco más de energía.

—No pidas cosas imposibles… ya veo, así que tengo una cara con ojos muertos…

No se veía en el espejo con regularidad por lo que realmente no lo sabía pero parece que los demás no lo veían con muy buen aspecto, podría ser que la cara de Amane se viera con normalidad como la de un muerto y fue justo por eso que Mahiru terminó preocupándose.

—Deberías de preocuparte un poco de como te ven las demás personas, siempre estás con la mirada baja emanando un ambiente de no se me acerquen, en pocas palabras, alguien sombrío.

—Lo dices como si nada.

—Bueno, aunque lo adorne no cambia el hecho de que tienes una mirada muerta.

Cuando menos podría ser un poco más considerado, pero solo le respondió “Eso fue demasiado” y desvió la mirada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 4

Encuentro por coincidencia.

 

—Ah.

Fue un tono de voz como si cayera una campana, lo escuchó viniendo desde su espalda, era una voz que había estado escuchando últimamente pero no se encontraba en su departamento, más bien en el supermercado cerca de la casa, el lugar en donde solía comprar dulces, cuando menos Amane pensó en no reaccionar en un lugar donde hubieran más personas, pero al voltear allí estaba Mahiru con los ojos bien abiertos por la sorpresa, en sus manos tenía una canasta de compras, adentro tofu y algunos ingredientes que podrían ser la comida de esta noche, también algo de carne, pollo, leche… se había encontrado por casualidad con Amane que se encontraba en el área de los dulces.

—Desde ahora te lo digo que es casualidad, no es como si te estuviera siguiendo.

—Lo sé, entiendo que es el supermercado más cercano.

“Mejor dicho, por qué creíste que pensaría eso?” vio las notas en su mano mientras pensaba atónito, allí tenía escritas las cosas que necesitaba, era una libreta escrito con letras lindas y adornado con flores, Mahiru se le quedó viendo al notar que se dirigía al área de los dulces. “Salsa de soya y Mirin” Susurró ella, estaba buscando cosas para el lugar, le pareció linda pero fue un sentimiento extraño.

—Si es el Mirín se encuentra por aquí.

—Ah, ese no, uno de sabor Mirón, al ser menor de edad no podría comprarlo.

—¿Lo manejan como si fuera alcohol?

—Es dulce pero maneja alcohol después de todo, no es una bebida, es un ingrediente de cocina, el que busco puede ser comprado por menores de edad.

Intentó pasarle el Mirín pero ella movió la cabeza a los lados, parece que buscaba un ingrediente con ese sabor, era la primera vez que Amane escuchaba esa clase de detalles, dejó salir un “Hee” algo impresionado mientras veía su espalda trabajando, se le quedó viendo a las diferentes salsas de soya, susurró algo al darse cuenta de los precios y frunció las cejas.

—… Parece que las ofertas están limitados a uno por persona…

Parece que tenía pensado comprar más de uno y susurró eso como si le fuera una pena.

—¿Lo compro por ti?

—Es de agradecer que entiendas pronto.

Sonrió con amargura al darse cuenta de lo que quería sugerir y tomó un bote de salsa de soya, ella sonrió satisfecha.

—Eres inusualmente ahorradora.

—Más que ahorradora intento tomar las cosas baratas, no me gusta gastar de manera inútil pero tampoco bajar la calidad por eso.

—¿Cómo decirlo? Tipico japonés… bueno, de seguro así lo harían tus papás.

Amane vivía solo pero fue criado por sus padres, vivió en una casa sin que nada le faltara, además de que le habían conseguido un buen lugar para quedarse, también cubrían todos sus gastos de vida, la tenía fácil por lo que estaba agradecido con sus padres, también le enviaban lo necesario para los gastos de la escuela por lo que para responder a su agradecimiento intentaba evitar gastar más de lo necesario.

—…. Es cierto, es importante ahorrar.

Mahiru respondió de manera ambigua mientras metía las cosas en su canasta de compras, pero fue una voz fría como si le robara la temperatura del cuerpo, cuando menos parecía tranquila típico de Mahiru y al voltear a verla tenía la misma expresión de siempre, por un instante pudo notar una mirada fría.

—…Por cierto ¿Qué estás comprando?

Mahiru volteó a ver las compras de Amane intentando cambiar el tema de conversación, bio una bolsa de arroz y ensalada de papas, por supuesto que la comida de Mahiru era deliciosa pero solo con eso no era suficiente así que buscó alguna ensalada de papas como comida normal.

—Para comer.

—Insalubre.

—Que ruidosa ¿Es una ensalada verdad?

—Solo una ensalada de papas, ¿Cómo es que tu cuerpo aguanta con ese estilo de vida?

—No te importa.

Deberías de comer más verduras, con la comida que le daba le estaba diciendo eso en silencio, Amane solo volteó a otra parte.

Terminaron de hacer las compras con esa clase de conversación, y Mahiru ya tenía las manos ocupadas con todas las cosas que compró, en serio que es Tenshi-sama pero ¿En serio está bien? estaba un poco intranquilo de que llevara tantas cosas que no pudiera con ellas, leche, salsa de soya, saborizante de Mirín, con eso en total eran más de cuatro litros, en comparación con el agua son cosas más espesas por lo que podrían pesar mas pero cuando menos serían cuatro kilos, además de eso llevaba otros ingredientes, claro que sería algo pesado, estaban las bolsas llenas y más tomando en cuenta la distancia hasta el departamento.

(Aunque como resultado de darme de comer sus ingredientes se están acabando más rápido…)

De seguro llevaba tantas cosas para poder preparar más de lo normal, ella decía que no era muy diferente a preparar para una sola persona pero últimamente había estado preparando mucha comida para él, como resultado estaba a su cuidado por lo que como hombre no se sentía bien dejar que las cosas siguieran así. Amane tomó una de las bolsas quitándosela de sus manos, para Amane no era algo tan pesado pero debería de ser cansado para una chica llevándolo por mucho tiempo, Mahiru es buena con los deportes pero la resistencia de sus brazos son algo diferente, podía ver a través de sus ropas como sus músculos se tensaban por el esfuerzo. Amane se quedó con sus ojos bien abiertos ante las acciones de Amane, aunque más que sorpresa era impresión.

—…No es como si fuera a robártelo.

—No estoy preocupada por eso… puedo llevar algo como esto.

—Serías más linda si fueras honesta en esta clase de momentos.

—Esa forma de decirlo es como si no fuera linda.

—Dilo después de que compares tu actitud en la escuela y tu actitud conmigo.

¿Era consciente de eso? Mahiru no dijo nada, no importa con quien, Mahiru era amable en la escuela, una expresión siempre cálida pero no era así con Amane, si tuviera que decirlo de otra manera es cierto que era amable con Amane, pero sus palabras eran más frías y directas, cual si solo estuviera diciendo lo que en verdad piensa, era mucho mejor que a que se la pasara mintiéndole aunque a Amane no le preocupaba demasiado, tomó por su cuenta la comida y se dirigió a la entrada del departamento, sintió como ella se apresuró a seguirle pero a Amane eso no le importó, avanzó sin importarle que eso abriera un espacio entre ellos, el supermercado ya estaba a un lado, si alguien los viera regresando juntos de seguro las cosas se volverían molestas, lo mejor sería mantener una distancia conveniente para ambos, Amane se apresuró con las grandes bolsas y le dio la sensación de que escuchó a su espalda un pequeño “Muchas gracias”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Capítulo 5

Tenshi-sama y la gran estrategia de limpieza.

 

Amane es realmente malo con las labores del hogar, pero de entre ellas con lo que más es malo es con la limpieza, si es de cocinasi era de no lastimarse y que tuviera algo de sabor no es como si no pudiera hacerlo, ¿Basta con tener algo caliente en el estomago verdad? Bajo esos pensamientos a pesar de que la comida tibiera una mala apariencia y un sabor que dejaba que desear no era como si no pudiera cocinar, para empezar si no pudiera lavar tendría muchos problemas así que sabía hacerlo, en el peor de los casos podría apoyarse de esas lavadoras de monedas, solo era de poner agua, jabón la ropa y encenderlo, no tenía problemas con eso, pero solo con la limpieza no podía hacer nada.

—… ¿Qué hacemos?

Día de descanso, Mahiru e Itsuki continuaron insistiendo que tenía que limpiar y Amane levantando sus pesadas caderas se dio cuenta que no sabía por donde comenzar, sabía que era su culpa pero por ahora no sabía que debería de hacer para empezar con tanto, ¿Cómo comenzar? Cosas como ropa y revistas estaban dispersos por todas partes, no había donde pisar, la fortuna entre la desgracia es que toda la basura relacionada con la comida podría llegar a oler así que estas las guardaba en bolsas, pero estas simplemente estaban por todas partes, era tan cruel que era un problema, cuando estaba dejando salir un suspiro alguien llamó a su puerta, “Ah” dejó salir una voz, era una invitada a la que comenzaba a acostumbrarse, ella era como una bendición del cielo que había bajado a ayudarlo y en esta vez pensó que era el mesías, se apresuró a la entrada pero al no haber donde pisar estuvo por caerse, se sostuvo con una mano en la pared y así abrió la puerta.

—Disculpa, vine un poco temprano a recoger la vasija…. ¿Qué estás haciendo?

—… Pensaba en limpiar.

Se le quedó viendo con una postura casi viniéndose abajo y ella se le quedó viendo con una mirada atónita.

—Se escuchó un gran sonido.

—…Casi me caigo.

—Me lo imaginaba, ¿No has comenzado a limpiar verdad?

—No sabía cómo pensar.

—Me lo imaginaba.

En verdad que era una situación cruel, Amane se rascó la mejilla al no saber como comenzar a pedirle consejos, no servía de nada negar la situación, tomando en cuenta lo mucho que le debía hasta ahora no podía hacer algo como pedirle más ayuda, pero ¿Cómo debería de preguntarle? Para empezar ¿En verdad debería de pedirle consejos con algo como eso?... se le quedó viendo a Mahiru mientras dudaba y ella siguió la mirada al pasillo a espaldas de Amane, más especifico a todo el mugrero en el suelo, su mirada hablaba por si sola “Uwaa” al ver todo eso, desde el punto de vista de Mahiru era un chiquero.

—Maldición… déjame limpiar tu departamento por favor.

—¿Eh?

Amane solo quería pedirle algún consejo pero al no saber como pedirlo solo se le quedó viendo con una mirada como si quisiera ayuda, pero no pensó que ella intentaría limpiarlo por ella misma.

—No me agrada la idea de saber que del otro lado de la pared de mi departamento hay mucha suciedad.

A pesar de que la manera de decirlo pareciera menospreciarlo no lo molestó, para empezar estaba diciendo al verdad por lo que no podía responderle.

—Estás menospreciado el vivir solo cuando ni siquiera puedes hacer nada de los quehaceres del hogar, creo que tus papás pensarían que te acostumbrarías con el tiempo, pero estaría arrepentidos al ver este resultado.

No pudo decir ni pio, gracias a sus papás que respetaban su libertad resultó como si lo hubieran dejado a su suerte, pero esto no tenía nada que ver con esto, simplemente estaba recibiendo lo que sembró por sus propias malas costumbres.

—Para empezar si limpiaras con regularidad no llegarías a este nivel, esta es la muestra de tu pereza del día al día.

—… Es como lo dices

Si después de todo lo que le ha dicho no se ha enojado es porque desde Mahiru lo estaba viendo desde el punto de vista de alguien que cuida de él, se notaba en sus palabras y acciones que más que solo regañarlo estaba actuando por su propio bien.

—¿Puedo limpiar este departamento?

—… ¿Podría pedírtelo de favor?

—Soy yo la que te lo está pidiendo así que está bien, tendré que prepararme así que durante ese tiempo esconde lo que no quieras que vea así como las cosas de valor y guárdalas en algún lugar con llave.

—No me preocupo por eso.

Eran palabras afiladas y amables de alguien que buscaba ayudarle, no pensaba que baría que preocuparse de que le robara, para empezar ¿Qué no debería de ser Mahiru quien debería de estar alerta del peligro al entrar al departamento de alguien más?

—… ¿Cómo que no te preocupas?

—¿No harías algo como eso verdad?

—Si pero… ¿No te preocupas de algo de hombres que no quieras que vea?

—Desafortunadamente no tengo esa clase de cosas.

—Bueno, está bien, entonces iré a cambiarme y a traer algunas cosas para la limpieza… limpiaré lo mínimo necesario.

Se encogió de hombros y regresó a su casa, Amane sonrió con amargura mientras veía su espalda alejándose.

 

Mahiru regresó a la casa de Amane, se había cambiado de ropa, estaba usando una camisa blanca de mangas largas, una cesta color café con algunas cosas, esa camisa blanca estaba pegada a su cuerpo lo que dejaba ver bien su figura, cabellos largos amarrados hábilmente en forma de cebolla, al ser tan blanca se sentía bastante cómodo, hasta ahora solo la había visto con faldas largas o vestidos de una pieza por lo que era una sensación refrescante, pensó que esa clase de ropas sencillas no se le verían bien pero estaba equivocado, dicen que a las mujeres hermosas se les ve bien cualquier cosa y ahora lo sentía al dolor, es solo que era cierto, con esas ropas será más fácil moverse, una apariencia para salir a caminar al exterior, aunque no sabía si fuera ropa que estuviera bien ensuciar.

—¿Está bien que se ensucie eso?

—Al final de cuentas tenía pensado tirarlo dentro de poco, no me importa si se ensucia.

Mientras decía eso volvía a ver la situación en el departamento de Amane, entonces dejó salir un suspiro.

—Desde ahora te lo digo pero será solo lo mínimo necesario.

—… Lo sé.

—Si lo sabes entonces comencemos rápido, no seré nada fácil, no esperes que te lo regale todo.

¿Escuchaste? Lo dijo con una voz como si fuera una pregunta directa y Amane solo pudo responder con un “Si” de esa manera la gran estrategia de limpieza del ángel dio inicio.

—Por ahora pongamos toda la ropa sucia el en cesto de la ropa sucia, básicamente comenzaremos desde arriba hacia abajo, podrían haber cosas escondidas bajo la ropa, sería un problema para pasar la aspiradora, la ropa se separará después para lavar, pero es demasiado, podrías separar por cosas que usas y no usas, ¿O prefieres que se lave todo de una vez?

—Hazlo como quieras…

Estaba diciendo cosas que eran evidentes pero cuando menos comenzaron recogiendo algunas cosas que estaban en el suelo.

—… ¿No tienes ropa interior tirada por aquí verdad?

—Eso si lo guardé en su lugar.

—Entonces está bien, por ahora recogemos la ropa, se lavará después de que limpiemos todo el polvo de lo contrario se volverán a ensuciar y nunca terminaremos, no hay prisa así que lavar la ropa puede esperar hasta después de limpiar.

—Si.

—… Y acerca de las revistas, podríamos clasificarlas, no me importaría juntarlas todas pero podrían haber los que ya no quieres y las que aún podrías utilizar, si vas a usarlas podrías separarlas una vez que los tengamos en una pila, los restantes se desecharán.

Tan rápido como empezaron ya estaba dándole indicaciones a Amane, este recogía la ropa y la lanzaba al cesto de basura, también ayudaba a recoger las revistas, si iba a salvar algo era el momento, estaba limpiando como si se lo advirtiera, Mahiru estaba apilando cosas dentro de una bolsa de vinilo.

—Después de recoger la ropa tocarían los demás artículos útiles, lo que permanezca en el suelo se tomará como algo que no necesitas y terminará en el bote de basura.

—… Si.

—Si hay algo con lo que no estés satisfecho será mejor que lo digas mientras puedas.

—Ah, no ¿Cómo decirlo?... solo pensaba que planeas esto de manera muy ordenada.

—¿Si no se hace así tomará más tiempo verdad? Esto es un desastre.

—Es como lo dices.

Aunque sea un día de descanso el tiempo era limitado, si iban a usar la aspiradora el ruido podría molestar a los vecinos así que tenía que hacerse mientras el sol continuaba en lo alto. Amane se sentía mal por hacer que hiciera todo esto, pero Mahiru a su manera estaba impresionada de que esto hubiera llegado al punto de que no hubiera por donde caminar.

—General Shiina…

—Deja eso de general, no puedo hacer algo como separar tus artículos personales así que tienes que separar lo que en verdad necesitas.

—¡Yes Sr!

—No me hagas hombre por favor.

Tenshi-sama respondió como si nada, Mahiru estaba separando las cosas que podría decidir dentro del sentido común, Amane que tenía la costumbre de no ser organizado estaba agradecido con la pureza de Mahiru, incluso le dio algo de envidia, estaba limpiando el departamento de otra persona como si nada, se movía como si estuviera acostumbrada a esta clase de labores cotidianas, se movía con tanta precisión que parecía que ella sola pudiese limpiar todo el departamento. El problema vino después, no había mucho espacio para caminar, había dejado ropa tirada y Mahiru al pisar una de estas prendas terminó por perder el balance, en el instante en que Mahiru dejó salir un “Ah” Amane se dirigió hacia Mahiru por mera reacción, entonces sintió un dulce aroma mezclado con algo de olor a polvo, de seguro por los repentinos movimientos algo de polvo se había levantado, debido a que cayó sobre su trasero el dolor fue tolerable, pero sin importar eso al sentir el peso de Mahiru dejó salir un ligero gemido, de seguro fue una fortuna el haber detenido su caída.

—… Fujimiya-san.

Mahiru levantó la cabeza, su mirada era ligeramente atónita, no parecía molesta pero parecía querer decirle toda clase de cosas.

—Admito que es mi culpa el haberme caído pero deberías de limpiar esto antes de que ocurra un accidente.

—Lo siento mucho, estoy arrepentido… ¿No te lastimaste?

—Estoy bien, muchas gracias por tomarte la molestia de detener mi caída, al contrario, yo lo siento.

—No, para empezar fue mi culpa…

De por sí ya le estaba compartiendo de comer, ahora estaba haciendo que le ayudara a limpiar y si por culpa de eso terminara lastimándose no podría con la culpa, no había manera de que no pusiera una expresión de lamentarlo, si ella lo pidiera se arrodillaría pidiendo disculpas pero Mahiru parecía no tener la in tención de culparlo por haber estado a punto de caer.

—¿Qué tal si limpiamos para que no ocurran esta clase de cosas?

—Lo siento, de veras lo siento.

—No hace falta que te pongas así, te estoy ayudando porque quiero.

Levantó la mirada un poco apresurado, debido a su postura la distancia entre ellos era muy poca, ella tenía una mirada de intranquilidad y Amane no podía tranquilizarse, de por sí Amane era malo con la distancia hacia las personas con las que no tenía una relación, y ahora estaba una chica hermosa muy cerca de él, le dio la sensación de que estaba haciendo algo malo ya que no es como si tuviera algún sentimiento hacia ella, parecía que Mahiru no estaba siendo consiente de la postura que tenían, así que Amane puso sus manos en los hombros de Mahiru alejándola lentamente, se levantó antes de que su rostro comenzara a mostrar vergüenza.

—… ¿Continuamos?

—Es cierto.

La suerte entre la desgracia es que Mahiru no parecía haberse visto afectada, tomó con honestidad la mano que Amane le extendió, parece que no se dio cuenta que prácticamente estaba pegada a Amane, tenía la misma expresión de siempre, para Amane no se veía afectado como muchos hombres que ven a la chica que le gusta acercarse, pero a pesar de eso no había manera que no pensara nada al respecto, Mahiru tranquila hizo una sonrisa amarga, Amane tampoco podía dejárselo todo a Mahiru así que de esa manera reanudaron las labores de limpieza.

—… Me asustó.

Amane tampoco estaba acostumbrado a limpiar, dejó salir ese susurro, el pequeño gran detalle es que no se dio cuenta que entre los cabellos largos color lino se escondían unas orejas sonrojadas.

 

—Fuu… ahora está limpio.

Al final de cuentas terminó gastando todo un día en la limpieza del departamento, a pesar de que tomaron varias horas para levantar las cosas del suelo, después de eso lavar la ropa, quitar el polvo acumulado sobre los muebles, limpiar las ventanas, pasar la aspiradora, cuando se dieron cuenta el sol ya se había puesto, cuando Mahiru había llegado el solo apenas estaba ascendiendo, lo que demostraba que se habían metido en ello mucho tiempo, es solo que gracias a ello no habían dudas de que ahora el departamento de Amane estaba mucho más limpio, no había nada innecesario tirado en el suelo, no había ningún punto de suciedad en las ventanas, debido a la falta de polvo todo se veía más brillante, Amane al ver el departamento limpio Amane observó el suelo sin una cosa tirada.

—Que tomara todo un día.

—Bueno, después de ese desastre…

—Fue algo que hiciste tú solo.

—Es como lo dices.

No podría levantar la cabeza frente a su salvadora Tenshi-sama así que se mantuvo agachado, Mahiru se había tomado la molestia de regalarle todo uno de sus días de descanso, pensó mientras amarraba una bolsa de basura, por la manera en que hablaba no parecía estar para nada molesta, al contrario, se veía tener alguna clase de sentimiento de logro, es solo que también se notaba algo cansada, había estado trabajando todo el día, es lo más normal. A pesar de eso ahora hacerle la cena, le desagradó pensar en eso, estaba cansada por lo que no podría hacerla trabajar más.

—No hay ganas de ir a comprar las cosas para la cena ¿Pedimos una pizza o algo? Déjame invitarte el día de hoy, después de todo normalmente eres tú la que me ofrece algo.

—¿Eh? Pero…

—Si no quieres comer conmigo entonces podrías tomar unas rebanadas y llevártelas a casa.

Comer juntos, si le desagradaba la idea no iba a forzarla así que bastaba con que se llevara algo de comida, el sentido de la sugerencia más que pasar el tiempo juntos era para pagarle de alguna manera y que al menos descansara, así que realmente no le importaba si terminaba comiendo solo.

—No es eso pero… ¿Pizza? Nunca he pedido una así que estaba sorprendida, solo eso.

—¿Eh? ¿En serio?

—Es que no he pedido pizza a pesar de vivir sola… aunque si la he hecho.

—Eres sorprendente al poder preparar pizza.

Una persona normal que piensa en tener ganas de Pizza iría a comprar alguna ya preparada, o incluso comer fuera, pero que se tomara la molestia de prepararla tomándole tiempo y esfuerzo, cuando menos a Amane no se le hubiera ocurrido.

—Realmente no es extraño pedir la comida a domicilio, suelo pedir para mi solo, ¿O es eso? ¿No puedes ir sola a los restaurantes familiares?

—Para empezar nunca he ido a uno.

—Que inusual, voy con normalidad solo, cuando vivía con mis papás y ellos tenían la disponibilidad íbamos a comer a un restaurante familiar, ¿Tus papás no te sacaron a comer alguna vez?

—En mi casa… una ayudante preparaba la comida.

—¿Una ayudante? ¿Al final de cuentas eras rica?

Si le dijera que es una persona con familia adinerada le creería, no por nada sus acciones eran tan limpias, también sus cosas y prendas, emanaba un ambiente de elegancia, y por la manera en que parecía ser criada no sería de extrañar, pero ella solo le mostró una ligera sonrisa.

—Es cierto, en comparación con los demás podría ser que mi familia tenga más dinero.

Acababa de decir algo innecesario, se arrepintió, la sonrisa de Mahiru no era de felicidad, al contrario, podría decirse que era una sonrisa vacía, la vez pasada cuando habló de sus papás le había respondido con un tono de voz frio, de seguro no sería buena idea tocar el tema de sus papás, parecía ser algo de lo que no le gustaba hablar y sobre todo Amane no pensaba tener el derecho de preguntar. Las personas tenemos una o dos cosas de las que queremos que las demás personas no se enteren, además de tocar el tema de la familia de otras personas sería algo irrespetuoso.

—Bueno, me has ayudado mucho, vamos, puedes pedir lo que quieras de comer.

Intentó no tocar el tema de sus padres y le mostró a Mahiru un anuncio con las pizzas, era una tienda a la que Amane pedía de manera frecuente, dentro de las pizzerías que conocía era la más barata, claro que no le ganaba a los restaurantes de renombre pero cuando menos tenía un menú amplio que abarcaba también a sabores ligeros para niños, podría ser que entre la variedad hubiera algo que le gustara a Mahiru.

Mahiru intentando cambiar de aires abrió el menú pasándole una mirada rápida, sus ojos color caramelo se le quedaron viendo a las fotografías de toda clase de pizzas, normalmente esos ojos no mostraban muchos sentimientos pero ahora brillaban con mucha vida.

(… ¿Será que está emocionada por la experiencia?)

Parecía emocionada sin contenerse, después de ver un poco el menú “¿Entonces está bien este?” preguntó de manera un poco contenida mientras apuntaba a una pizza con cuatro ingredientes, ella había inclinado el menú para que pudiera verlo, su expresión tenía una ligera felicidad, Amane sonrió con amargura y comenzó a marcar el numero en su celular.

Una hora después aproximadamente la pizza llegó y Mahiru comió con avidez, ¿Será que disfrutaba de los diferentes ingredientes o del hecho de comer pizza a domicilio? Al principio fue con la pizza de tocino. Amane inesperadamente había descubierto un lado tipo princesa en Mahiru mientras que esta daba pequeñas mordiditas a la pizza, si incluso comiendo pizza se veía elegante de seguro fue debido a la educación que recibió se veía adorable como un pequeño animalito, entrecerró los ojos mientras disfrutaba del queso, se veía extrañamente linda al verla comer así mientras sonreía, normalmente se veía tranquila y madura, pero ahora emanaba un ambiente como una chica de su edad, su pequeña boca disfrutaba de la pizza y cuando se dio cuenta a Amane le dieron ganas de acariciarle la cabeza.

—… ¿Qué pasa?

—No, solo pensaba que comes de manera deliciosa.

—No te me quedes viendo tanto por favor.

Es solo que ella frunció las cejas con desagrado.

—…. ¿Cómo decirlo? No eres nada linda.

—Estoy bien con no serlo, al contrario, al ver como actúas con normalidad en la escuela tú eres alguien sombrío.

—Bueno, es cierto, pero me da la sensación de que tu eres más visible que yo.

No tenían casi ningún punto en común en la escuela, tampoco habían hablado antes, es solo que ella le sonreía gentilmente a todos, si acaso la había visto antes de esa manera, en cambio el día de hoy se había mostrado mal hacia ella, de seguro a partir de ahora en la escuela y en la calle seguirían actuando como si nada.

—Aunque desde mi punto de vista eso se ve bastante cansado.

—¿Aunque creo que dijiste que no era linda?

—¿Eres de las que se enojan fácil?... ¿Cómo decirlo? No sé en qué estás pensando cuando estas en la escuela.

—¿Lecciones morales como menú principal?

—¿Eras de las que hablaban con sarcasmo?

“A mi me dolería el estomago” lo dijo con ese sentido pero parece que Mahiru no entendía como se lo decía, parece que no tenía la intención de hablar con sarcasmo, parecía extrañamente insatisfecha.

—No es eso, me refiero a que no se ve nada de tu verdadero yo, por eso es que más que no saber en que piensas aunque sea un poco de amabilidad se muestra en tus expresiones.

—… ¿No debería de actuar como lo hago en la escuela?

—No podría decir que no deberías, solo pensaba que debería de ser cansado.

—No realmente, l he estado haciendo desde que era una niña.

—¿Es en serio?

Que actuara así desde niña sería algo que se volvería costumbre, “una buena niña ideal” como si intentara serlo, es solo que no podía darle seguimiento desde el momento en que no podía meterse en temas de su familia.

—Bueno, ¿No sería bueno tener un lugar en donde poder relajarse? Al final de cuentas has sido tú con quien me he estado relajando.

—… Tengo que cuidar de ti de muchas maneras así que no es un respiro.

—… Lo siento.

Se encogió de hombros y Mahiru sonrió como si le fuera divertido.

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